Actualidades

Del AFFF a F3 : Regulación y presiones legislativas — Parte 5

Artículos anteriores (Partes 1 a la 4) han tratado la historia, la química y los impactos ambientales y de salud de la exposición a los PFAS.

Introducción

Los organismos reguladores son cada vez más conscientes de los riesgos que implica la fabricación y el uso de compuestos perfluorados en productos industriales y de consumo y, como resultado, muchos países han promulgado leyes que restringen el uso y la eliminación de los PFAS.

La falta de conocimiento de las mejores prácticas disponibles (BAP) o de la ley, no es una defensa cuando se trata de defender las acciones propias que pueden haber llevado a la contaminación ambiental, como se resume en la frase legal «ignorantia legis neminem excusat («la ignorancia de la ley no excusa a nadie). «)”. Esta doctrina aparece por primera vez en la Biblia en Levítico 5:17: «Si una persona peca y hace lo que está prohibido en cualquiera de los mandamientos del Señor, aunque no lo sepa, es culpable y será considerado responsable».

Una interpretación moderna de este principio se estableció en la Convención de Río de 1992, como el principio de precaución según el cual la falta de pruebas no debe ser tratada como prueba de falta de daño, especialmente cuando se pueden sospechar efectos intergeneracionales a largo plazo.

Los seminarios REEBOK

Poco después del anuncio de la compañía 3M en mayo del 2000, de su retiro de la química basada en los PFOS, RAK y sus colegas organizaron una serie de conferencias internacionales en Manchester y Bolton para discutir cuestiones ambientales asociadas con las espumas contra incendios. Estos seminarios de Reebok tuvieron lugar en los años 2002, 2004, 2007, 2009 y 2013, y contaron con una gran asistencia de la industria fluoroquímica, reguladores, fabricantes de espumas y usuarios finales, así como de los departamentos de bomberos de todo el mundo. Estos seminarios se convirtieron en el foro de facto de la industria para discutir la eliminación gradual de los AFFF de Clase B y la transición a espumas sin flúor de Clase B (F3).

En el primer seminario de Reebok en el 2002, se señaló que las Regulaciones de Agua Subterránea del Reino Unido de 1998 ya prohibían la descarga de fluoroquímicos como los que se encuentran en las espumas AFFF, a las aguas subterráneas si eran PBT (persistentes, bioacumulativos y tóxicos). Desafortunadamente, dada la clara falta de conocimiento sobre el significado del término «organohalógeno» del reglamento (SI 2746/1998), se afirmó que esto no era relevante.

Los seminarios posteriores de Reebok, especialmente en el 2004 y 2007 se concentraron no sólo en los PFOS, sino también en los PFOA y sustancias relacionadas que podrían degradarse a PFOA, un típico producto final de descomposición de los PFCA perfluorado extremadamente persistente. Al principio, la industria fluoroquímica negó enérgicamente la posibilidad de que derivados como el 8:2FTS, que se encuentra en las espumas de fluorotelómero C6/C8, se biodegradaran para producir PFOA, ante la evidencia publicada que sugería lo contrario. Sin embargo, todo el tenor de la discusión cambió como resultado de la presión de la EPA de EE. UU. que resultó en el Programa de Gestión de los PFOA en el periodo 2010-2015, que en última instancia condujo a un requisito para que los productos de fluorotelómeros contengan menos de 25 ppb de los PFOA o sus precursores.

i) 1998: Sin perjuicio de lo dispuesto en el subpárrafo (2) siguiente, una sustancia está en la lista I si pertenece a una de las siguientes familias o grupos de sustancias: (a) compuestos organohalogenados y sustancias que puedan formar tales compuestos en el medio acuático;
ii) 2009: Se incluyen en particular los siguientes cuando sean tóxicos, persistentes y susceptibles de bioacumulación:
a) los compuestos organohalogenados y las sustancias que puedan formar dichos compuestos en el medio acuático;

UBA

La Comisión de Biomonitoreo Humano de la Agencia Federal Alemana del Medio Ambiente (das Umweltbundesamt o UBA), han establecido niveles desencadenantes tanto para los PFOS como para los PFOA en el plasma sanguíneo humano. El valor HBM-I es la concentración plasmática en ng/ml (ppb), que se estima y que no plantea ningún riesgo apreciable para la población humana en caso de exposición prolongada y, por tanto, no es necesaria ninguna acción adicional. Las concentraciones entre HBM-I y HBM-II indican que no se pueden excluir con suficiente certeza los impactos en la salud y que es necesaria una mayor investigación con la introducción de medidas para eliminar, reducir o controlar la exposición, incluida la identificación de fuentes potenciales y la verificación de resultados analíticos. Las concentraciones plasmáticas que exceden los valores de HBM-II, que indican posibles impactos en la salud, requieren una intervención inmediata para reducir o eliminar la exposición y una evaluación de cualquier impacto en la salud.

A continuación, se muestran los valores HBM-I y HBM-II para los PFOS y los PFOA. Para las mujeres en edad fértil, los valores de HBM-II recomendados son la mitad de los de la población general. Vale la pena señalar que los valores de los PFOA son menores que los de PFOS

EXPOSICIÓN DE LOS BOMBEROS

La historia de los bomberos que están o han estado expuestos ocupacionalmente a las AFFF a base de los PFAS, es una historia bastante diferente. Los bomberos que llevan mucho tiempo en servicio, así como los que trabajan más recientemente, pueden tener niveles plasmáticos muy superiores a los valores aceptables, especialmente de PFOS y su homólogo PFHxS, que están correlacionados. Como ejemplo, la siguiente figura muestra los niveles plasmáticos de los PFOS en 2015-2016 para una amplia cohorte de bomberos de una gran brigada australiana, en la que la mayoría tenía niveles superiores a HBM-II. EL nivel HBM-I se muestra como una línea vertical amarilla, HBM-II en rojo. Casi 2/3 de la cohorte muestreada excedió el HBM-II, lo que indica un riesgo potencial para la salud.

La principal vía de exposición de los bomberos a los PFAS, es claramente el uso de espuma contra incendios que contiene fluoroquímicos AFFF, ya sea de forma operativa o durante la capacitación y el mantenimiento. El mecanismo de exposición es, sin duda, la inhalación de espuma en aerosol, especialmente para el personal que no utiliza aparatos de respiración autónomos (SCBA), o la absorción dérmica como resultado de la inmersión en espuma en aerosol. En cualquier incidente importante relacionado con la espuma, por ejemplo un incendio en un tanque de combustible, aproximadamente un tercio de la espuma aplicada desde los monitores nunca llega al incendio, sino que se pierde como una cortina de espuma y un aerosol que contamina el área circundante y al personal presente.

Agua potable

El agua potable es la única vía de exposición inevitable para todos. La ingesta media se calcula en ~2 litros/día a lo largo de la vida. Las ingestas semanales totales máximas (TWI) se calculan sobre esta base.
La Directiva revisada sobre el agua potable de la UE entró en vigor en enero de 2021, con pleno cumplimiento el 12 de enero de 2023, incluye medidas para abordar los contaminantes emergentes, como los disruptores endocrinos y los PFAS, así como los microplásticos. La concentración máxima de todos los compuestos PFAS combinados es de 0,5 μg por litro de agua (500 ppb). Alternativamente, los Estados miembros pueden controlar la suma de 20 compuestos PFAS específicos, cuyo máximo es 0,1 μg/l (100 ppb).

El Instituto Nacional de Salud Pública y Medio Ambiente de los Países Bajos (RVIM) han elaborado recientemente nuevos límites de riesgo para los PFAS en aguas superficiales [*2022-0074 RVIM 2022-09-08], establecidos en los valores basados en la salud derivados de la EFSA para los PFAS en el 2020. Los nuevos límites de riesgo son 0,3 ng/l (0,3 ppt) para los PFOA, 7 pg/l (0,007 ppt) para los PFOS) y 10 ng/l (10 ppt) para Gen-X. Estos son mucho más bajos que los estándares actuales para estos PFAS.

Alimentos

Los límites de los PFAS en productos alimenticios seleccionados en el mercado de la UE se enumeran en la Tabla 1. Si se descubren concentraciones más altas en las pruebas de laboratorio, el producto debe retirarse del mercado.

ONU – Convenio de Estocolmo para los COP

El Foro Intergubernamental sobre Seguridad Química (IFCS) y el Programa Internacional sobre Seguridad Química (IPCS), prepararon una evaluación de los 12 peores infractores, conocidos como la docena sucia, como los COP iniciales enumerados en los Anexos del Convenio de Estocolmo. Estas sustancias incluían los pesticidas Aldrin, Clordano, DDT, Dieldrin, Endrin, Heptacloro, Hexaclorobenceno HCB, Mirex, Toxafeno; y los productos químicos industriales bifenilos policlorados PCB, dibenzo-p-dioxinas policloradas PCDD y dibenzofuranos policlorados PCDF.
La INC se reunió cinco veces entre junio de 1.998 y diciembre del 2.000, para elaborar el convenio, y los delegados adoptaron el Convenio de Estocolmo sobre COP en la Conferencia de Plenipotenciarios convocada en mayo del 2.001 en Estocolmo, Suecia. La convención entró en vigor el 17 de mayo de 2.004, con la ratificación inicial de 128 partes y 151 signatarios. Los cosignatarios acordaron prohibir nueve de la docena de sustancias químicas sucias.
El primer conjunto de nuevos productos químicos que se añadieron al convenio se acordó en una conferencia celebrada en Ginebra el 8 de mayo de 2009.

En el 2.009, el ácido perfluorooctano sulfónico y sus derivados -PFOS- han sido incluidos en el Convenio de Estocolmo de la ONU, para eliminar su uso (decisión SC-4/17). En el 2.019, tras la evaluación realizada por el POPRC-14 en el 2.018 en la Sede de la FAO en Roma de la necesidad continua de los PFOS, sus sales y los PFOSF, la COP9 enmendó el Anexo B para eliminar varias de las exenciones específicas y propósitos aceptables para los PFOS, sus sales y PFOSF. (decisión SC-9/4).
• UNEP/POPS/POPRC.2/17/Add.5: Perfil de riesgo para el sulfonato de perfluorooctano
• UNEP/POPS/POPRC.3/20/Add.5: Evaluación de la gestión de riesgos para el sulfonato de perfluorooctano
• UNEP/POPS/POPRC.4/15/Add.6: Anexo a la evaluación de la gestión de riesgos para el sulfonato de perfluorooctano
En 2019, la COP9 incluyó los PFOA y sus derivados en el Anexo A del Convenio de Estocolmo (decisión SC-9/12). La Secretaría del CECOP desarrolló una lista indicativa de sustancias, que originalmente contenía alrededor de 4.700 compuestos; la lista se actualizará periódicamente. El PFOA está prohibido en virtud del Reglamento sobre COP desde el 4 de julio de 2020.
• UNEP/POPS/POPRC.12/11/Add.2: Perfil de riesgo para el PFOA, sus sales y compuestos relacionados con el PFOA
• UNEP/POPS/POPRC.12/INF/5: Información adicional relacionada con el perfil de riesgo del PFOA, sus sales y compuestos relacionados con el PFOA
• UNEP/POPS/POPRC.13/7/Add.2: Evaluación de la gestión de riesgos del PFOA, sus sales y compuestos relacionados con el PFOA
• UNEP/POPS/POPRC.14/6/Add.2: Adición a la evaluación de la gestión de riesgos del PFOA, sus sales y compuestos relacionados con el PFOA
• UNEP/POPS/POPRC.17/INF/14/Rev.1: Lista indicativa actualizada de sustancias incluidas en la lista de PFOA, sus sales y compuestos relacionados con el PFOA
En junio del 2.022, el Convenio de Estocolmo de las Naciones Unidas también decidió incluir el PFHxS y compuestos relacionados en el tratado. La Comisión añadió el grupo de sustancias en el Reglamento sobre COP de la UE en mayo del 2.023 y el reglamento entró en vigor el 28 de agosto del 2.023.
Actualmente, el POPRC está revisando los PFCA de cadena larga y compuestos relacionados cuya inclusión se propone incluir en los anexos del Convenio de Estocolmo.
• UNEP/POPS/POPRC.17/7: Propuesta para incluir los ácidos perfluorocarboxílicos de cadena larga, sus sales y compuestos relacionados en los anexos A, B y/o C del Convenio de Estocolmo sobre contaminantes orgánicos persistentes.
Libros blancos del panel de expertos en PFAS de IPEN 2018-2019
Tres influyentes Libros Blancos elaborados por el Panel de Expertos en PFAS de IPEN en 2018-2019, coordinados por Roger Klein y sus colegas, se presentaron al POPRC14 del Convenio de Estocolmo de las Naciones Unidas en 2018, a la COP9 y al POPRC15 en 2019, en los que se analizan los avances en la transición de las espumas contra incendios AFFF a F3. cuestiones asociadas con los PFAS y el PFHxS. Estos Libros Blancos ayudaron al Comité a lograr la inclusión de estos PFAS en los Anexos correspondientes para su restricción o prohibición en 2019 y 2022. En septiembre de 2022, hay 186 partes en el Convenio de Estocolmo de las Naciones Unidas (185 estados y la Unión Europea). Los estados notables que no ratificaron incluyen Estados Unidos, Israel y Malasia.

Reglamento de la UE

El primer producto regulado han sido los PFOS.
Noruega prohibió el uso de materiales que contienen PFOS en 2007.
El Reglamento de la Comisión de la Unión Europea (Nº 757/2010) exigía que toda espuma que contenga PFOS por encima de 10 mg/kg (0,001% p/p o 10 ppm) no se utilice después del 27 de junio de 2011 y esto fue adoptado por la Agencia de Medio Ambiente del Reino Unido en febrero de 2011.
En enero de 2014, la Agencia Medioambiental de Noruega publicó el Reglamento FOR-2013-05-27-550, que prohíbe el uso del ácido perflurooctanoico -PFOA- y sus sales y ésteres.
Los límites se implementaron el 1 de julio de 2.014 a todos los productos fabricados, importados, exportados y comercializados en Noruega, con excepción de algunos artículos específicos para los cuales las nuevas reglas se aplicaron el 1 de enero de 2016.
En el 2.020, la UE 2020/784 regula el uso de los PFOA y limita el contenido a 25 ppb. En teoría, se puede utilizar hasta el 2.025 si se pueden contener todos los efluentes, algo imposible de garantizar, de hecho, el reglamento elimina el PFOA en Europa.
Los ácidos carboxílicos perfluorados de cadena larga (PFCA C9-14), sus sales y precursores están restringidos en la UE/EEE (Reglamento de la UE 2021/1297) desde febrero del 2.023 en adelante.
Alemania –con el apoyo de Suecia, Países Bajos, Dinamarca y Noruega– ha propuesto una restricción adicional para el ácido perfluorohexanoico C6 -PFHxA-, sus sales y sustancias relacionadas. Esta propuesta es muy importante ya que prohibiría efectivamente el uso de espumas AFFF de fluorotelómero C6. Esta propuesta fue evaluada por la ECHA en diciembre del 2.021.
La Agencia Europea de Productos Químicos -ECHA- está evaluando una restricción global a una prohibición de los PFAS en las espumas contra incendios en toda la UE. La restricción podría reducir las emisiones de los PFAS al medio ambiente en unas 13.200 toneladas en 30 años [*Junio de 2023 ECHA/NR/23/19]. Se espera que se dé una respuesta en enero del 2024.

AUSTRALIA

Hasta hace poco, no ha habido un enfoque federal para regular el uso de las AFFF en Australia; pero cada estado tiene su propia manera de restringir el uso de espumas fluoradas.
Canberra – Federal – publicó en mayo del 2.020 NEMP 2.0, para establecer una base práctica de directrices y estándares ambientales coherentes a nivel nacional, para la gestión de la contaminación por los PFAS. En septiembre del 2.022 se publicó un borrador de los PFAS en NEMP 3.0.

Queensland

El Servicio de Bomberos de Queensland utiliza espuma F3 desde el 2.003
Las autoridades ambientales de Queensland controlan el contenido de los PFAS de los productos AFFF y los PFOS prohibidos.

Nueva Gales del Sur

Los servicios de bomberos habían estado utilizando espumas de 3M; y detuvo su uso en el 2.007. El Reglamento de Operaciones de Protección del Medio Ambiente del 2.022 prohíbe y restringe el uso de espuma contra incendios PFAS, en Nueva Gales del Sur para reducir su impacto en el medio ambiente, al tiempo que permite su uso para prevenir o combatir incendios catastróficos por parte de las autoridades pertinentes y exime entidades. El Reglamento se alinea con la Declaración de Posición Nacional sobre los PFAS y es el primer paso para lograr los objetivos acordados en la Declaración.

Victoria

En el 2.007, el Servicio de Bomberos de Victoria (MFB) tomó la decisión de reemplazar la espuma contra incendios existente por espumas contra incendios sin flúor. Esta decisión se tomó sobre la base de preocupaciones relacionadas con la salud de los bomberos y cuestiones ambientales. MFB desarrolló una “Política de uso operativo de espuma contra incendios” que fue respaldada formalmente por la Autoridad de Protección Ambiental (EPA), WorkSafe y la Autoridad Nacional contra Incendios (CFA). Durante el 2.011, basándose en estudios científicos independientes sobre los PFAS, que identificaron vínculos con varios cánceres y otros problemas de salud. El MFB probó ampliamente y Fire Rescue Victoria evaluó varias espumas extintoras de flúor en escenarios de fuego caliente, líquido inflamable y clase B. MFB descubrió que la espuma sin flúor tuvo un buen desempeño consistente en la extinción de incendios de Clase B y proporcionó a los bomberos del MFB un medio de extinción alternativo probado y «más seguro». Este trabajo proporcionó a MFB una solución operativa de espuma contra incendios que podría usarse eficazmente en sitios del Departamento de Defensa, como las bases aéreas de la RAAF en Point Cook y Laverton. Esto permite a MFB y FRV cumplir con sus obligaciones de prestación de servicios de emergencia a las bases de Defensa utilizando espumas contra incendios que no contienen PFAS. En el 2014, todos los aparatos de extinción de incendios de MFB se habían convertido para transportar únicamente espuma Clase B sin flúor en sus tanques de espuma.

Australia-Sur

En enero del 2.018 entró en vigor en Australia del Sur una prohibición de las espumas fluoradas, pero los titulares de licencias tienen la oportunidad de solicitar una exención en determinadas circunstancias.

Australia-Oeste

En diciembre del 2.017 se emprendió el trabajo descrito para identificar y gestionar los PFAS; pero ahora siguiendo el NEMP federal.
Tasmania
TasPorts es líder en el enfoque de Tasmania para gestionar los PFAS y eliminó por completo todas las espumas que contienen PFAS de la isla.

Servicios Aéreos

Desde el 2010, Airservices transporta espuma contra incendios sin PFAS en todos los aeropuertos civiles donde opera.

NUEVA ZELANDA

Nueva Zelanda excluyó el uso de los PFOS y los PFOA en cualquier sustancia sólida o líquida que se importe o fabrique para su uso, como producto químico contra incendios en la Norma del grupo de productos químicos contra incendios del 2.006 y en virtud de la Ley de sustancias peligrosas y nuevos organismos de Nueva Zelanda de 1996.
La contaminación del suelo y el agua con espuma contra incendios se revisó en diciembre del 2.020. La prohibición total de los PFAS en las espumas contra incendios se aplicará a partir de diciembre de 2025.
Food Standards Australia & New Zealand (FSANZ) puso en marcha un seguimiento de las sustancias químicas perfluoradas en los alimentos desde abril del 2.017, con directrices sanitarias para los valores de dosis de ingesta diaria de los PFOS, PFOA y PFHxS.

CANADA

Canadá siempre ha estado a la vanguardia de la concientización y la regulación con respecto a los riesgos inherentes y potenciales de liberar PFAS al medio ambiente y exponer a la población humana a la contaminación por PFAS a través del agua potable, los productos agrícolas y el uso doméstico.
El Gobierno de Canadá está considerando actividades que abordarían los PFAS como una clase en lugar de sustancias individuales o en grupos más pequeños. Abordar los PFAS como una clase de sustancias químicas reduciría la posibilidad de una sustitución lamentable, respaldaría programas de investigación y monitoreo más holísticos y brindaría una oportunidad para una disminución de la futura exposición ambiental y humana a los PFAS. En la Canada Gazette, Parte I: vol. 155 No. 17 – 24 de abril de 2021.
En respuesta al compromiso descrito en el aviso de intención, el Gobierno de Canadá ha publicado un borrador del informe sobre el estado de las sustancias perfluoroalquiladas (PFAS) para recibir comentarios públicos durante 60 días. El aviso relacionado se publicó en Canadá Gazette, Parte I: Vol. 157, N° 20 – 20 de mayo del 2.023.
Actualmente, sólo un número limitado de subgrupos de PFAS están sujetos a regulación en Canadá. Los PFOS, PFOA, LC-PFCA y derivados relacionados han sido evaluados y agregados a la Lista de Sustancias Tóxicas según el Anexo 1 de la Ley Canadiense de Protección Ambiental de 1.999 (CEPA).
Desde el 2.016, la fabricación, el uso, la venta, la oferta de venta o la importación de los PFOS, PFOA, LC-PFCA y los productos que los contienen están prohibidos, con un número limitado de exenciones en virtud del Reglamento de Prohibición de Ciertas Sustancias Tóxicas del 2.012. En mayo del 2.022, el gobierno federal publicó una nueva propuesta de Reglamento de Prohibición de Ciertas Sustancias Tóxicas del 2.022, que reemplazaría el Reglamento de Prohibición de Ciertas Sustancias Tóxicas del 2.012 y eliminaría la mayoría de las exenciones que permiten el uso, la venta o la importación de los PFOS, PFOA y LC. -PFCA en Canadá.
Canadá prohibió el uso de espuma que contenga más de 0,5 ppm de PFOS en mayo del 2.013; el reglamento entró en vigor en mayo de 2008.

Estados Unidos de América

En el 2.004, se estimó que había aproximadamente 45 millones de litros de concentrado AFFF en los Estados Unidos y sus territorios.
La Ley de Autorización de Defensa Nacional aprobada por el Congreso a finales del 2.019 exigía que la Marina de los EE. UU. publicara una nueva especificación militar para una espuma sin flúor para finales de enero del 2.023 y exigía una transición completa a espumas contra incendios sin flúor para octubre del 2.024. Habían impuesto mandatos anteriores a la FAA para hacer la transición de los aeropuertos a espumas sin flúor para octubre del 2.021, pero ese plazo no se cumplió. Las nuevas regulaciones MIL-SPEC allanan el camino para la transición tanto de los aeropuertos como de las bases militares de la FAA, lo que requiere una inversión significativa. Según un informe del Congreso del 2.021, los aeropuertos militares y civiles todavía tienen alrededor de ~50 millones de litros de concentrado AFFF en sus instalaciones. Aunque el ejército todavía tiene que aprobar oficialmente una espuma sin flúor para su uso en sus instalaciones, ahora existen varios productos disponibles comercialmente que han pasado pruebas de rendimiento apropiadas, como UL.

En EE.UU., cada estado ha seguido su propio camino. El escándalo de la información retenida sobre la toxicidad de los fluoroquímicos y el impacto ambiental, así como la desinformación absoluta, surgió de una larga serie de casos judiciales contra fabricantes de materias primas de PFAS. ¡La historia incluso culminó con la publicación de anuncios de abogados que buscaban clientes para acudir a los tribunales!

Los gobiernos estatales están tomando medidas legislativas y reglamentarias para eliminar gradualmente los PFAS en los productos, a fin de prevenir la contaminación en favor de alternativas más seguras. Por ejemplo, las leyes de ME y WA han otorgado a las agencias estatales autoridad para prohibir los PFAS en una amplia gama de productos. La ley de Maine exige que los fabricantes de productos revelen la presencia de PFAS. Varios estados han adoptado restricciones a los PFAS en los textiles: CA las prohibirá en casi todos los textiles para el 2.025, Nueva York las restringirá en prendas de vestir, CO las prohibirá en muebles tapizados y WA avanzará en acciones regulatorias en muchas categorías de productos textiles. Seis estados (CA, CO, ME, MD, NY y VT) han adoptado restricciones a los PFAS en alfombras, tapetes y tratamientos textiles posventa. Doce estados (CA, CO, CT, HI, MD, ME, MN, NY, OR, RI, VT y WA) han promulgado prohibiciones estatales sobre PFAS en envases de alimentos. Cuatro estados (CA, CO, MD y WA) han adoptado restricciones a los PFAS en productos de cuidado personal. CO también adoptó restricciones a los productos de petróleo y gas. Once estados, incluidos CA, CO, CT, HI, IL, ME, MD, NH, NY, VT y WA, han prohibido la venta de espuma contra incendios que contiene PFAS. Con la legislación adoptada el año pasado, WA está evaluando alternativas más seguras para los PFAS en otros productos como prendas de vestir, limpiadores, revestimientos y acabados para pisos, equipos de protección para bomberos y otros con un cronograma de adopción de restricciones para el 2.025. Fuente www.saferstates.org

Eliminación de residuos de PFAS

Este es un problema enorme y potencialmente costoso. En incidentes importantes como los de Milford Haven (agosto de 1983), Sandoz Basel (noviembre de 1986), Coode Island (Melbourne agosto de 1991), Buncefield (diciembre de 2005) o Campbellfield (Melbourne abril de 2019), decenas de millones de litros de espuma contaminados Los escurrimientos de agua contra incendios se liberaron al medio ambiente; la contención total en incidentes de esta magnitud es casi imposible y cualquier residuo que se recoja debe eliminarse de manera adecuada. Las existencias heredadas de espumógenos fluorados representan un gran gasto financiero como parte de la transición a productos sin flúor, al igual que la descontaminación de equipos fijos y móviles.
Actualmente, el método más eficaz, económicamente viable y ambientalmente sostenible para eliminar grandes cantidades de desechos sólidos o líquidos contaminados con PFAS parece ser la incineración a muy alta temperatura. Los costos pueden oscilar entre 1000 y 3000 dólares, dependiendo en gran medida del nivel aceptado de contaminante fluorado residual.

Resumen

Cada vez son más las normativas, especialmente en Europa y Australia/Nueva Zelanda, que se centran en aplicaciones especialmente dispersivas que utilizan PFAS, como las espumas contra incendios. La transición de AFFF a espumas sin flúor -F3- se ha hecho posible gracias a los rápidos avances tecnológicos de los últimos 5 a 10 años y a los productos sin flúor capaces de competir con las AFFF en términos de rendimiento.

Muchas grandes organizaciones, como aeródromos civiles y militares, así como industrias de petróleo y gas, química y mecánica, como Equinor, Bayer, Lufthansa y BMW, ya han dejado de usar flúor, habiendo resuelto también los problemas de descontaminación de equipos y electrodomésticos antiguos de AFFF, así como compatibilidad en términos de sistemas de entrega y capacitación operativa.

Más recientemente, hemos visto cierta conciencia creciente en los organismos reguladores ambientales (Singapur, México, Colombia) que muestran un profundo interés en lo que ha estado sucediendo en otros países; ¡Es probable que la prohibición de los “productos químicos permanentes” se extienda a la comunidad mundial en los próximos 5 a 10 años!

Referencias

Krogerus, M. (2012) The Decision Book: Fifty Models for Strategic Thinking. Tschäppeler, R. and Piening, J. (1st American edition), New York, W.W. Norton & Co., pp. 86-87.

Rumsfeld, D. (2002)

Rio Convention (1992)

United States (1933) Securities Act.

Preston, B.J. (2017) The Judicial Development of the Precautionary Principle. Queensland Government Environmental Management of Firefighting Foam Policy Implementation Seminar 21 February 2017, Brisbane, Qld., pp. 26.

Preston, B.J. (2018) ‘The Judicial Development of the Precautionary Principle’ Environmental and Planning Law Journal 135, 23-42.

Allcorn, M., T. Bluteau, J. Corfield, G. Day, M. Cornelsen, N.J.C. Holmes, R.A. Klein, J.G. McDowall, K.T. Olsen, N. Ramsden, I. Ross, T.H. Schaefer, R. Weber, K. Whitehead. (2018) “Fluorine-Free Firefighting Foams (3F) Viable Alternatives to Fluorinated Aqueous Film-Forming Foams (AFFF).” UN Stockholm Convention POPRC14 Rome 17-21 September 2018, IPEN Gothenburg Sweden: IPEN F3 Expert Panel. < www.ipen.org >

Bluteau, T., M. Cornelsen, G. Day, N.J.C. Holmes, R.A. Klein, J.G. McDowall, K.T. Olsen, M. Tisbury, and L. Ystanes. (2019) “The global pfas problem: fluorine-free alternatives as solutions firefighting foams and other sources-going fluorine-free.” UN Stockhom Convention COP9 Geneva Apr-May 2019, IPEN Gothenburg Sweden: IPEN F3 Expert Panel. < www.ipen.org >

Bluteau, T., M. Cornelsen, N.J.C. Holmes, R.A. Klein, M. Tisbury, and K. Whitehead. (2019) “Perfluorohexane sulfonate (pfhxs)-socio-economic impact, exposure, and the precautionary principle.” UN Stockholm Convention POPRC15 Rome Sep-Oct 2019, IPEN Gothenburg Sweden: IPEN F3 Expert Panel.
< www.ipen.org >

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De los AFFF a los F3 : Impacto — Parte 4

Como se detalló anteriormente en las tres primeras partes de esta serie de artículos, hemos visto que los perfluoroquímicos tienen una larga historia que abarca más de 50 años, y son mucho más complejos que sólo considerar los PFOS, PFHxS y PFOA. Por el contrario, hay literalmente miles de productos perfluoroquímicos utilizados en la industria y el comercio y centrarse únicamente en unas pocas estructuras mencionadas sería inútil y una forma de ‘visión de túnel’.

Actualmente se han presentado argumentos sólidos para tratar los PFAS como una clase de compuestos químicos, y no como compuestos individuales, que requieren la evaluación del riesgo [Kwiatkowski et al (2020)], como un medio para contrarrestar las desventajas de concentración en unos pocos denominados PFAS. Al tratar de regularse el uso de los PFAS, el concepto de ‘usos esenciales’ ha sido propuesto por el grupo Cousins [Roy et al. (2022); Figuiére et al. (2023)].

El interés académico y reglamentario independiente en esta clase de compuestos era prácticamente inexistente, con algunas excepciones notables, hasta que la Compañía 3M anunció en mayo del 2000 que estaba eliminando gradualmente toda la química basada en los PFOS, sustituyéndola por la química PFBS (ácido perfluorobutano sulfónico, el homólogo C4 del PFOS). Una excepción notable que fue muy relevante para entender la contaminación ambiental causada por las espumas AFFF, fue el trabajo publicado por Jennifer Field y sus colegas en la Universidad Estatal de Oregón, alrededor del mismo tiempo o poco después de que 3M anunciara su retiro de la química del PFOS y fabricación de espuma [Moody et al. (2000); Schultz et al. (2004)].

La actividad de investigación relativa a esta clase de compuestos comenzó poco después del anuncio de 3M en mayo del 2000. Al principio, la mayoría de las contribuciones provenían de la propia industria o de grupos financiados por la industria. Fue entonces a finales de la década del 2000 cuando la comunidad científica independiente se dio cuenta que había mucho más que se necesitaba investigar sobre el impacto de los PFAS, tanto para la salud humana como para el medio ambiente, dando como resultado que el número de publicaciones revisadas por pares aumentaran exponencialmente.

Las publicaciones relacionadas con los PFAS en el período previo a mayo del 2000, sólo se situaban entre 5 y 10 por año. Después de mayo del 2000 éstos aumentaron alrededor de 50 por año, y han aumentado exponencialmente desde ahora alcanzando ~1000/año, frecuentemente asociado con un aumento paralelo en artículos sobre microplásticos [Bakhshoodeh y Santos (2022)], de quién se toma la Figura 2(b).

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Los estudios publicados sobre la escala del medio ambiente por los PFOS y los PFOA eran escasos antes del 2001, hasta que Giesy y Kannan [Giesy y Kannan (2001) y artículos posteriores] informaron acerca de la presencia mundial de los PFOS en la vida silvestre, con Hansen et al. encontrando PFOS y PFOA en las aguas debajo de una planta de fabricación en el río Tennessee [Hansen et al. (2002)], así como en matrices biológicas utilizando espectrometría de masas [(Hansen et al. (2001)].

Aunque la contaminación de muestras de sangre humana con sustancias organofluorinas no presentes en la sangre almacenada y tomada antes de que comenzara la fabricación fluoroquímica, se había informado algunos años antes desde la década de 1960 [Taves, D.R. (1966, 1968)] con Guy et al. (1976) de reportar la presencia de fluoroquímicos en el plasma humano usando espectroscopia RMN, identificando tentativamente PFOA, como el fluoroquímico, usado en Scotchgard‍ como contaminante de la sangre [Guy, W.S. et al. (1976)]. Aunque hubo confusión inicial sobre si este fluoroquímico era efectivamente PFOA o PFOS, como resultado de la ofuscación y la negativa de identificar el PFOS por parte de 3M, no fue hasta 25 años después que Hansen et al. (2001) informó que las muestras de plasma humano contenían PFOS (promedio 28,4 ng/ml), PFHxS (promedio 6,6 ng/ml) y PFOA (promedio 6,4 ng/ml), confirmando así los hallazgos de Guy y Taves.
Una demanda presentada en el 2010 por el Fiscal General del Estado de Minnesota contra la Compañía 3M, reveló que la compañía sabía que estos productos químicos se acumularon en la sangre humana durante más de 40 años y eran tóxicos [Lerner (2018); Swanson (2019)].

Hasta aproximadamente el 2004 la literatura científica estuvo dominada por artículos de autores que trabajaban directamente para 3M o financiados por la industria. Después del 2004 a habido una explosión exponencial de trabajos publicados independientes, relacionados con los PFOS, PFOA y otros PFAS, en la medida en que éstos compuestos organofluorinos han sido etiquetados como ‘contaminantes emergentes’. Los PFAS han surgido como contaminantes de preocupación durante al menos una década. La situación actual es que, aunque ahora conocemos una cantidad considerable de distribución, destino y toxicidad para la biota de los PFAS, es la tecnología para la remediación y eliminación de estos materiales altamente persistentes que debe considerarse como ‘ciencia emergente’.

Cómo se ha dicho antes, no sólo estamos hablando de unas pocas sustancias, sino de toda una familia de al menos 6.000 compuestos perfluorocompuestos diferentes, que han sido clasificados para al menos un objetivo medioambiental, de salud humana y/o físico en la base de datos ECHA. En la reunión del Comité de Examen de los Contaminantes Orgánicos Persistentes del Convenio de Estocolmo de las Naciones Unidas en Roma (CECOP-14), una lista indicativa de sustancias relacionadas con el PFOA contenía 4.700 entradas.

Los criterios de valoración de la salud humana se consideran de gran importancia para la exposición a largo plazo: carcinogenicidad ©; mutagenicidad (M0; toxicidad reproductiva (R); efectos de la lactancia (L) y toxicidad de órganos específicos (STOT). 388 PFAS tienen al menos uno de estos cinco parámetros, de los cuales 44 están registrados en la clasificación armonizada.

En cuanto a los riesgos ambientales, se han registrado 1129 PFAS por autoclasificación; la mayoría de ellos contando como móviles (M) y/o muy persistentes (vP).

En virtud de la legislación de la UE sobre sustancias y preparados químicos (REACH y ECHA), los riesgos que plantean los PFAS se clasifican utilizando el sistema PBT que indica persistencia (P o vP), bioacumulación (B o vB) y toxicidad (T). Las recientes propuestas de la Agencia Federal Alemana de Medio Ambiente (UBA), también destacan la importancia de la movilidad (M o vM), especialmente para los PFAS en vista de sus propiedades vP y vM [Arp et al. (2023)]. Los productos químicos también pueden ser identificados como sustancias muy preocupantes (SVHC), en virtud de REACH EC1907/2006 , si tienen efectos graves y a menudo irreversibles sobre la salud humana o el medio ambiente. Un ejemplo reciente es el ácido perfluorononanoico o PFNA, un PFAS, que cada vez se encuentra más comúnmente como contaminante. En Europa ha habido mucha más preocupación con los componentes individuales de la clasificación PBT, mientras que en los Estados Unidos la persistencia por sí sola con la toxicidad que la acompaña se considera menos un problema.

Persistencia

Los PFAS o sus productos de degradación perfluorados, se encuentran entre los compuestos orgánicos más estables química y físicamente conocidos. Sus cadenas de carbono perfluoradas resisten la degradación ambiental y metabólica debido a los enlaces C-F muy estables. Por ejemplo, el tetrafluorometano, el CF4 y el perfluorocarbono simple, tienen una vida media atmosférica estimada de ~50.000 años con un alto potencial de calentamiento global (GW) [Mühle et al.(2010)].

Los compuestos de perfluoro disponibles en el mercado están diseñados para degradarse rápidamente una vez liberados en el medio ambiente, produciendo PFCA, PFECA y PFSA. Lamentablemente, esto ha llevado en el pasado a afirmaciones totalmente falsas y engañosas hechas por la industria, especialmente en los Estados Unidos, afirmando que estos materiales son «biodegradables´´ basados en la degradación de losgrupo funcional fluorado y la norma de la OCDE, que una sustancia es ‘fácilmente biodegradable’ si la degradación alcanza 60% (OCDE 301B, D y F) o 70% (OECD301A y E) dentro de 28 días. Esto no significa que los PFAS, por ejemplo, en la AFFF de lucha contra incendios sea completamente biodegradable, ya que el método de DQO que utiliza dicromato ácido para la medición de la oxidación para obtener el nivel del 100% no tiene en cuenta en absoluto cualquier material perfluorado presente. Lamentablemente, los usuarios finales a menudo han asumido o han sido llevados a creer por los vendedores, y perpetrados como un mito por cierto fabricante [Swanson, 2019], que ‘fácilmente biodegradable’ significa degradación total. Sin embargo, como se señaló anteriormente, tiene sentido agrupar todos los PFAS como No degradables según sus productos finales de degradación estables.

La descomposición de los precursores a menudo conduce a la formación de productos intermedios y de degradación final de los PFAS con una mayor movilidad en el agua y/o el aire a través de procesos de degradación química oxidativa y bioquímica en el medio ambiente.

La vida útil de los PFAS en el medio ambiente supera ampliamente los criterios para sustancias muy persistentes (vP) del anexo XIII del REACH. Si los PFAS se degradan, lo hacen tan lentamente que no es observable en las pruebas estándar. La extrema persistencia de los PFAS y su uso continuado conduce a una exposición sostenida y a concentraciones crecientes en todos los compartimentos del entorno. Los PFAS permanecerán en el entorno durante mucho tiempo, incluso si las liberaciones se minimizan. El aumento o el legado de contaminación del medio ambiente aumentará la probabilidad de que se produzcan efectos conocidos y desconocidos en una escala de tiempo generacional. Esto debería invocar la aplicación del principio de precaución [Río 1992; Preston, 2017] a cualquier otro uso dispersivo de PFAS

Los científicos señalaron en la Declaración de Helsingør sobre los PFAS [Scheringer et al., 2014] así como en la declaración de Madrid [Blum et al., 2015] que la persistencia muy alta por sí sola presenta un problema y han llamado a esto el «enfoque P-suficiente» para la acción reguladora. La persistencia por sí sola justificó la regulación de los PFAS cómo clase en California [Balan et al., 2021].

Potencial de transporte a larga distancia (LRTP)

Los PFAS pueden transportarse por aire, agua y matrices a las que se adsorben o absorben como polvo, sedimentos, aerosoles marinos, corrientes oceánicas, animales atmosféricos migratorios, o mediante matrices en las que se incluyen como aditivos, como microplásticos. Debido a su notable resistencia a la degradación, esto conduce a la dispersión global de los PFAS a largas distancias, desde el punto de liberación. Se ha estimado, por ejemplo, que para los PFAS volátiles como los alcoholes fluorotelómeros en la atmósfera superior, los tiempos de circulación global pueden ser cortos de 7 a 10 días. La propagación histórica a través de LRTP de PFAS a través de deposiciones y contaminación en el Ártico está bien documentada [Wilson et al. (AMAP) Secretariat, 2017].

Se ha informado de que la población inuit en el Ártico son uno de los seres humanos más contaminados del planeta, ya que las concentraciones de los PFAS en su sangre son mucho más altas que el valor promedio para la población en general. Al estar tan alejada de cualquier fuente industrial de los PFAS, esta contaminación se ha atribuido principalmente a su dieta, que se basa en pescado, oso polar y carne de foca, con un impacto en la respuesta inmune [Sonne et al., 2023].

Por lo tanto, la contaminación del medio ambiente y la biota por los PFAS no se limita geográficamente solo a la fuente de la contaminación, sino que se generaliza a escala mundial debido a su uso dispersivo, como en espumas contra incendios, malas técnicas de eliminación de los residuos o producción industrial, el transporte a larga distancia en la atmósfera y los océanos.

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Movilidad

Generalmente se considera que las sustancias con solubilidad moderada a alta en agua, asociada con bajo potencial de absorción, tienen una alta movilidad en el ambiente acuoso. Varios estudios han demostrado que los PFAS tienen un comportamiento diferente dependiendo fuertemente de la longitud de la cadena de carbono y de la funcionalidad.

Como se muestra en la figura a continuación, los PFAS de cadena más corta están asociados con una mayor movilidad ambiental, solubilidad y volatilidad del agua, así como con un menor potencial de toxicidad y bioacumulación que los PFAS de cadena más larga. La combinación de extrema persistencia y alta movilidad en el compartimiento acuoso y los suelos, especialmente para los PFAS de cadena más corta como PFPeS y PFBS, conduce a la contaminación de los acuíferos de agua potable y ríos, así como la absorción en la cadena alimentaria – peces, plantas y ganado.

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Acumulación en las plantas

Un reciente artículo de revisión sobre las vías de exposición, bioacumulación y efectos tóxicos de los PFAS en las plantas muestra que, los procesos de bioacumulación de los PFAS en las plantas varían mucho debido a la complejidad de la química de los PFAS [Li et al., 2022].

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fuente: [Wang et al (2020)].
Mientras que los PFAS de cadena corta típicamente se acumulan en las partes de la planta por encima del suelo, como las hojas, los PFAS de cadena larga se acumulan en las raíces y muestran factores de translocación más bajos a las partes de la planta por encima del suelo. Esto está influenciado por la mayor solubilidad en agua, menor tamaño molecular y menor hidrofobicidad de los PFAS de cadena corta. Los estudios también indican que los PFCA de cadena corta son absorbidos más eficazmente por las plantas que los PFCA de cadena larga [Felizeter et al., 2014; Yoo et al., 2011].

El consumo de material vegetal, por ejemplo, granos y verduras, ya sea como raíces o partes de plantas por encima del suelo, como hojas o tallos, funciona como una fuente de los PFAS para seres humanos y animales.
Bioacumulación y Biomagnificación (magnificación tropical)
En el marco de REACH, se ha demostrado que los CFCA C11-C14 y C6-PFSA cumplen el criterio vB y los C8-C10-PFCA el criterio B.

Los estudios con especies de mamíferos muestran que los PFAS se absorben y distribuyen fácilmente a través de varios tejidos y que algunos PFAS (particularmente el PFAS de cadena larga) tienen vidas medias largas en organismos, especialmente en humanos, donde las vidas medias son del orden de años. Los estudios muestran que la unión de PFAS a la albúmina y las proteínas transportadoras distribuyen eficientemente los PFAS en diferentes tejidos, y mejora el paso a través de las barreras cerebrales y placentarias, con transferencia a los recién nacidos a través de la leche materna. Debido a sus propiedades hidrofóbicas y oleofóbicas, los PFAS no siguen patrones de acumulación típicos, como la partición en el tejido adiposo, sino que se unen y acumulan en órganos ricos en proteínas como el hígado.

Los PFAS se acumulan más en los organismos que respiran aire en comparación con los organismos que respiran por las branquias, porque a diferencia de estos últimos, los respiradores de aire no pueden eliminar fácilmente los PFAS por difusión pasiva. Por lo tanto, los métodos establecidos de pruebas de bioacumulación en organismos acuáticos no funcionan adecuadamente como metodología para las evaluaciones de bioacumulación de los PFAS en especies que respiran aire como el hombre, Desafortunadamente, los datos de bioacumulación de laboratorio son muy limitados para los respiradores de aire.

Los PFAS de cadena corta se expulsan más fácilmente por la vía urinaria en organismos que respiran aire y, tienden a ser menos bioacumulativos, mientras que el potencial de bioacumulación suele aumentar con la longitud de la cadena de perfluoroalquilo. En general, los BCFs y BAFs de PFAS con 8 o más carbonos aumentan uniformemente con el creciente número de carbonos en la cadena de alquilo, con el mayor potencial de bioacumulación visto para compuestos con 12 a 14 longitudes de cadena de carbono.

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Debido a estas propiedades, muchos PFAS se acumulan en respiradores de aire, y los PFAS de cadena larga se magnifican en las redes alimentarias marinas y de agua dulce, alcanzando altos niveles en los principales depredadores, incluidos los humanos y las especies vulnerables. Este aumento en la contaminación visto como uno, asciende la cadena alimentaria y se conoce como aumento trófico y está bien establecido para las especies acuáticas y los depredadores que se alimentan de ellos. Cabe señalar que, por consiguiente, esto puede afectar negativamente a las recomendaciones relativas al consumo de carne y/o entrañas de determinados animales.  Los huevos de arao depredador marino superior, son particularmente altos en PFAS.

 

 

Los estudios de campo sobre los PFAS de cadena larga y corta que pueden distinguirse analíticamente, demuestran que los PFAS (principalmente PFBA, PFBS, PFHpA, PFHxA, PFHxS, PFOS, FOSA, 6:2 FTOH, F-53B, 6:2 Cl-PFESA, TFA y C9-C11 PFCA), se encuentran globalmente en todo el entorno, aves, peces y otros vertebrados. En conclusión, y teniendo en cuenta las líneas de evidencia cada vez mayores de los estudios de modelización, laboratorio y vigilancia, existe un nivel de preocupación creciente justificable para un subconjunto de los PFAS que es bio-acumulativo, mientras que grandes incertidumbres permanecen para la mayoría de los compuestos debido a la falta de datos.

Efectos sobre la salud humana

Se ha publicado una gran cantidad de literatura sobre los efectos de los PFAS en la salud, especialmente para los PFOA y los PFOS. En los seres humanos, muchos ácidos perfluoroalquilos (PFAA), se absorben fácilmente por inhalación o ingestión oral, mientras que se sabe menos sobre la absorción después de la exposición cutánea. Muchos PFAA se unen a las proteínas y por lo tanto se distribuyen a los tejidos ricos en proteínas, incluyendo el hígado, los riñones y la sangre. Las semividas estimadas de eliminación humana para los PFAA varían desde unos pocos días (PFBA) y meses (PFHxA, PFBS) hasta unos pocos (2-8) años (PFOA, PFNA, PFDA, PFHxS, PFOS), o >10 años para PFUnDA. Las semividas son mucho más cortas en roedores que en humanos y a menudo se observan diferencias en las semividas entre sexos. En consecuencia, la toxicidad observada en roedores subestima la toxicidad para los seres humanos. Los PFAA se expulsan principalmente a través de la orina y las heces y, por lo tanto, se liberan al medio ambiente. Los PFAA tienen un marcado potencial de bioacumulación en los seres humanos, como lo demuestran las largas semividas y la unión de proteínas.

La Agencia Europea de Normas Alimentarias (EFSA), revisó exhaustivamente las pruebas epidemiológicas de la asociación entre la exposición a los PFAS y los efectos adversos en humanos [EFSA, 2018; EFSA, 2020]. La EFSA concluyó que el aumento de los niveles séricos de diversos PFCA y PFSA provocó una reducción de la respuesta inmunitaria a la vacunación [Grandjean, 2012], una mayor propensión a las infecciones, un aumento del colesterol sérico, un aumento de la alanina transferasa sérica (ALT) y una reducción del peso al nacer. Se consideró que la asociación con los efectos inmunitarios era el criterio de valoración más sensible en los seres humanos (respaldado por datos de animales de experimentación) y, sobre esta base, la EFSA estableció una ingesta semanal tolerable (TWI) de 4,4 ng/kg de peso corporal/semana para la suma de PFOA, PFOS, PFNA y PFHxS [EFSA, 2020].

Los estudios experimentales con animales en diferentes grupos de PFAS, demuestran que el hígado, el riñón, la tiroides, el sistema inmunitario y la reproducción son los órganos principales para la toxicidad de los PFAA. En estudios con ratas, los efectos más consistentes incluyeron agrandamiento del hígado, hipertrofia hepatocelular, aumento del ALT sérico, aumento del peso renal, reprotoxicidad, efectos sobre el sistema linfático y disminución de los niveles séricos de hormona tiroidea. En particular, se han observado efectos hepáticos en la mayoría de los PFAA, para los que se dispone de estudios en animales. Para el PFOS, el PFOA, el PFNA y el PFDA y sus sales, esto ha dado lugar a clasificaciones armonizadas para carcinogenicidad (Carc. 2), toxicidad reproductiva (Repr. 1B), efectos de la lactancia (Lact.) y toxicidad específica del órgano diana – exposición repetida (STOT RE 1, excepto PFDA).

Efectos acumulativos de los PFAS coexistentes

Muchos PFAS diferentes coexisten en el medio ambiente, el agua potable, los alimentos y la sangre humana. Los PFAS presentan efectos similares, tales como efectos sobre el hígado, el riñón, la tiroides, los lípidos séricos y el sistema inmunológico. En consecuencia, una evaluación de los peligros y riesgos teniendo en cuenta esa exposición combinada, reflejaría las condiciones de exposición de manera más realista que las evaluaciones de compuestos individuales.
Debido a la inmensa cantidad de PFAS y la falta de datos toxicológicos para la gran mayoría de ellos, una evaluación combinada para todos los PFAS es inalcanzable. Se subraya en este punto que la exposición combinada a diferentes PFAS que afectan a los mismos órganos diana puede dar lugar a más efectos combinados que los aditivos, es decir, sinergismo, haciendo más probable que se superen los umbrales o valores límite que para la evaluación de sustancias individuales por sí solos.

CONCLUSIÓN

Los PFAS son muy persistentes (vP) y muchos también son muy bioacumulativos (vB). Los procesos de transporte de largo alcance (LRTP, por sus siglas en inglés) producen contaminación planetaria, incluyendo regiones remotas como el Ártico.
Cousins et al. han introducido recientemente el concepto de haber superado ya el ‘límite planetario’, indicando que las concentraciones ambientales globales para los PFAS ya exceden los niveles sostenibles tolerables [Cousins et al., 2022]. Esto debe tratarse como una advertencia contra el uso continuo y la liberación de los PFAS al medio ambiente, especialmente de aplicaciones dispersas como la espuma antiincendios AFFF.

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La presencia permanente de los PFAS en la sangre humana, indica el nivel de exposición continua de la población en general. Los PFAS están presentes en el agua potable y en la existencia de los alimentos. Cientos de estudios científicos han destacado la toxicidad a largo plazo de los PFAS, afectando al hígado, los riñones, la tiroides y el sistema inmunológico. La presencia omnipresente de los PFAS en la sangre humana y otras especies en todo el mundo pone de relieve los peligros asociados con la fabricación y el uso continuado de productos industriales y del consumo de contaminantes orgánicos extremadamente persistentes de origen totalmente antropogénico, no ocurriendo naturalmente.

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Este esquema resume todas las posibilidades de que los PFAS contaminen el medio ambiente y los seres vivos, incluidos los humanos.

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EXPO FIRE – Mexico City

Los días 27 y 28 de Agosto, nuestra empresa hermana 3F MÉXICO participó en la feria EXPO FIRE 2024 en la Ciudad de México. Durante el evento se dio a conocer por primera vez la marca 3F México como empresa oficial local en el rubro de Protección contra Incendios. El evento ha sido Exitoso, con una participación de más de 250 visitantes quienes mostraron gran interés en el catálogo de productos, presentado por nuestro equipo comercial. Así mismo se dieron a conocer algunos de los productos estrella de 3F México tales como; la espuma FREEGEN sin flúor, los maniquíes Ruth Lee y los sistemas de extinción automáticos KIZENITH para fuegos de cocina, siendo estos de gran interés.

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Del AFFF a F3 : Fluorotelomers — Parte 3

En la Parte 2 de esta serie de artículos tratamos las espumas de Clase A y la química de los productos heredados de Clase B AFFF fabricados, utilizando el proceso Simons de fluoración electroquímica (ECF).
En esta tercera parte se discuten las formulaciones actuales de las AFFF utilizando fluorotelómeros, que han sido desarrollados por fabricantes como DuPont, Dynax, Ciba Geigy, Elf Atochem, Daikin, Asahi Glass, Clariant, etc.

Fluoro-telomerización:

En contraste con el proceso Simons ECF, que produce una mezcla de isómeros ramificados y lineales con una longitud de cadena de carbono impar y uniforme, la fluoro-telomerización produce cadenas de carbono casi exclusivamente lineales (Vyas et al 2007 [3], determinado por el telógeno de partida, es decir, yoduro de perfluoroetilo (C2F5I) o yoduro de perfluorobutilo (C4F9I), que contiene cadenas de carbono N, N+2, N+4, N+6, etc.

La telomerización implica la adición de radicales libres de tetrafluoretileno (CF2 = CF2), el toxígeno, a un ioduro de alkil, el telógeno, tal como el ioduro de perfluorobutilo (C4F9I) como se muestra a continuación. La cadena perfluorada se termina entonces con un grupo de dimetileno, -CH2-CH2-, característico de los productos finales fluorotelómeros.

Fuente: Buck et al (2011)

El material de partida es el yoduro de perfluoroalkil, mientras que el yoduro fluorotelómero reactivo del producto final se utiliza para fabricar una gama de productos finales, por ejemplo, alcoholes fluorotelómeros, tioles, ácidos sulfónicos y sulfonamidas.

Es importante comprender la distribución de longitud de cadena sintetizada durante la telomerización, para producir yoduro de fluorotelómero. La telomerización produce una serie homóloga de productos con longitudes de cadena consistentes en unidades de perfluorocarbono uniformemente espaciadas, por ejemplo, 4:2, 6:2, 8:2, 10;2, 12:2, 14:2, etc. (n:2 indica carbones perfluorados N unidos a una unidad de dos carbonos no fluorados -(CH2)2-). A continuación, se purifica mediante destilación fraccionada que produce una fracción que contiene las longitudes de cadena más cortas, es decir, C4-C10, que consiste principalmente en C6/C8, que se ha utilizado principalmente para espumas contra incendios, y longitudes de cadena más largas >C8, utilizadas para tratamientos de tejidos, textiles, cuero y papel. Otras variantes estructurales en el proceso del telómero han sido utilizadas ocasionalmente por fabricantes individuales, incluyendo el uso de un espaciador de tres carbonos, -(CH2)3-, en lugar de una unidad de dos carbonos.

Después del Programa de Administración de PFOA 2010-2015, los esfuerzos considerables de la industria química del flúor, han logrado reducir el contenido de fluorotelómero 8:2 del precursor utilizado para las espumas contra incendios a menos de 25 ppb, ya que esto puede actuar como un precursor de PFOA a través de la descomposición.  Los primeros productos utilizados para hacer los tensioactivos fluorados para formular espumas contra incendios fueron en realidad una mezcla de cadenas perfluoradas principalmente C6/C8, es decir, 6:2 y 8:2. Las espumas modernas de fluorotelómero son ahora predominantemente de 6;2 y 4:2 y se les conoce en la industria como ‘C6 puro’.

Composición de 6 espumas  ~2005-2010. Backe, Day & Field 2013

El material de partida es el yoduro de perfluoroalkil, mientras que el yoduro fluorotelómero reactivo del producto final se utiliza para fabricar una gama de productos finales.     Desafortunadamente, pero predeciblemente, la sustitución de formulaciones C6/C8 por fluorotelómeros C6 ‘puros’ resultó en una pérdida de rendimiento de la espuma que a su vez requirió el uso de concentraciones de tensioactivos fluorados más altos, lo que en sí es indeseable desde el punto de vista ambiental.

Distribución de los Homólogos Intermediarios de los fluoro telómeros

Fuente Dupont

Los compuestos perfluorados se utilizan en espumas contra incendios para reducir la tensión superficial que permite la formación de película sobre los hidrocarburos, excepto los más cortos; como el isooctano, el hexano o el pentano, para proporcionar una excelente resistencia térmica y química; aumentar la repelencia a los hidrocarburos y, por tanto, resistir a la contaminación o a la captación de combustible; proporcionando una supresión eficaz del vapor.

Los fabricantes ofrecen una gama de químicos perfluorados, la mayoría de ellos siendo tensioactivos fluorados. Estos tensioactivos son una combinación de una cola perfluorada hidrofóbica y oleofóbica y un grupo de cabeza polar que da funcionalidad, permitiendo la dispersión o solubilización de los productos en el concentrado de espuma. Uno de los productos más populares y eficientes fue probablemente el tensioactivo betaína perfluorado C8:2 junto con su homólogo C6:2.

(8:2 fluorotelómero sulfonamido propil betaína) utilizado en espuma contra incendios

 

Espumas sin flúor (F3) de clase B para hidrocarburos líquidos y disolventes polares


El desarrollo de los concentrados sin flúor –F3– comenzó a finales del año 1.990, con

Ted Schaefer trabajando para 3M Australia. Al principio de la década de los 2.000, la primera espuma contra incendios sin flúor, llamada RF-3 y RF-6 para espuma Rehealing, estuvo disponible en un 3% y 6%, por tanto, el Servicio de Bomberos de Queensland quedó libre de flúor para el año 2.003.

Durante la siguiente década la tecnología de la espuma sin flúor mejoró mucho más hasta el punto de que hoy en día los productos F3 están disponibles en el mercado, logrando o incluso en algunos casos superando el rendimiento de las AFFF, al mismo tiempo obteniéndose una mejor relación calidad-precio. Los primeros desarrollos incluyen Solberg Scandinavian, quienes compraron las patentes de RF de 3M, así como la experiencia de Ted Schaefer en el 2.007, de igual manera el desarrollo de las F3 por Thierry Bluteau en el año 2.002, trabajando para Bio-Ex (Francia). Y para finales de la década de los 2.000, Gary McDowall (3F Ltd, Reino Unido) también desarrolló productos F3.

Más tarde, las nuevas espumas F3 fueron libres de disolventes, es decir, sin glicol, reduciendo así en gran medida el valor de DBO-DQO en alrededor del 40-60%.

Otros fabricantes importantes siguieron suite y hoy en día las espumas contra incendios F3 están ampliamente disponibles en el mercado, con muchas organizaciones importantes en la aviación civil y militar, las industrias de petróleo, gas y petroquímica, así como grandes departamentos municipales de bomberos están en transición de las AFFF con flúor a las espumas F3 sin flúor.

La transición ha tomado cerca de 10-15 años, principalmente debido al conservacionismo incorporado en muchos departamentos de bomberos, pero también debido a los costos involucrados que incluyen la modificación y/o limpieza del equipo existente, para la adecuada y costosa eliminación de las existentes espumas AFFF. Otra fuerza impulsora, especialmente en los Estados Unidos, ha sido la creciente exposición financiera y legal de seguir utilizando productos que dan lugar a una contaminación ambiental persistente y generalizada.

La destrucción ambientalmente sostenible de las existencias heredadas de las AFFF, que a menudo implica enormes volúmenes de concentrado llega a millones de litros, que requieren métodos de destrucción altamente eficaces (> 99,999% de DRE), capaces de manejar cargas sólidas y líquidas, con el propósito de no contaminar más el medio ambiente, son financieramente viables. Los métodos que están disponibles actualmente, serán presentados en un artículo adicional.

Además de utilizar compuestos fluorados por sus excepcionales propiedades fisicoquímicas, las espumas contra incendios contiene una combinación de otros productos químicos que son necesarios para lograr la extinción.

Los principales componentes que se encuentran en la espuma contra incendios con o sin tensioactivos fluorados o fluoropolímeros incluyen los siguientes:

Agentes espumantes: son tensioactivos fluorados como el PFOS y el PFHxS o sus derivados funcionalizados, o compuestos fluorotelómeros como 1157 (betaína de perfluoroalkil) o 1183 (óxido de perfluoroalkil), a veces utilizados para mejorar la expansión de las espumas de clase B AFFF.

Polímero proteínico: obtenido a partir de la hidrólisis de los desechos del matadero, este proceso anticuado y contaminante consiste en calentar la materia prima en medios altamente alcalinos. La queratina se degrada en pequeños fragmentos proteicos, seguido de neutralización y estabilización. El producto final concentrado también está contaminado con hemoglobina de sangre residual que le da un color marron oscuro muy característico. En condiciones operativas, espumas proteínicas son característicamente de color marrón oscuro con un olor muy específico, especialmente cuando se aplica al fuego.

Tensioactivos sintéticos: hechos de una cadena de hidrocarburos (por ejemplo, CH3(CH2)n-) son producidos por la industria petroquímica a partir de aceites minerales y/o ácidos grasos animales y vegetales, que luego se funcionan con un grupo de cabeza polar para obtener la propiedad tensioactiva deseada, por ejemplo, sulfonato de octilo, CH3(CH2)7SO3-, o sulfato de dodecilo, CH3(CH2)11SO4.

Estabilizadores de espuma: la mayoría son éteres de glicol. Los más utilizados son el butil glicol, butil carbitol y hexileno glicol, y más recientemente etil o butil propilenglicoles.

Los agentes anticongelantes: glicol mono-etileno, (CH2OH)2, y glicol mono-propileno, CH2(CH2OH)2, son ampliamente utilizados, pero los fabricantes también utilizan cloruro de sodio, urea, etc., en algunas formulaciones.

Los glicoles y los éteres de glicol presentes en las formulaciones de espuma, están en concentraciones relativamente altas – típicamente 10-20% – y son los principales contribuyentes al valor de DBO/DQO.

Otros aditivos: en esta categoría, los formuladores utilizan conservantes, productos anticorrosivos, ácidos grasos, tampones para estabilizar el pH de la espuma y agentes quelantes para iones que degradan el rendimiento de la espuma, todos a niveles inferiores al 1%.

Polímeros naturales: la goma xantana de carbohidratos es un polímero natural muy común utilizado para dar resistencia al alcohol en la espuma. Aplicado a una superficie de combustible ardiente, el polímero se precipita y se carboniza formando una barrera que resiste la contaminación del colchón de espuma por el combustible – ‘recolección de combustible’. También se utilizan otros polímeros y gomas, como celulosas, alginatos, goma de guar, algarroba o carragenanes.

Los cuadros siguientes resumen las principales propiedades de los principales ingredientes utilizados en las formulaciones.

Actualmente, existen al menos 12 tipos diferentes de espuma en el mercado, algunos de los cuales han disminuido en el volumen utilizado en los últimos años.

Los diferentes usuarios tienen diferentes peligros asociados con los diferentes riesgos específicos. Al seleccionar la espuma correcta, es importante hacer una evaluación adecuada y suficiente de estos riesgos específicos, asegurándose de que la espuma elegida sea la adecuada para el propósito, y luego pasar por los siguientes pasos durante la adquisición y el uso operativo:

(a)  determinar el o los equipo(s): ya sea fijo o móvil, es decir, parque de tanques, monitores o dispositivos contra incendios;

(b)  comprobar la tasa de inducción correcta, por ejemplo, 1%, 3% o 6%, para su uso;

(c)  garantizar que la tasa de aplicación sea la adecuada;

(d)  determinar la duración de la aplicación de la espuma, la estabilidad del colchón de espuma y cuándo es necesario volver a aplicarla;

(e)  determinar la disponibilidad de posibles ayudas de fuentes externas, es decir, refuerzos;

(f)  conocer la garantía del fabricante y las condiciones de funcionamiento especificadas para la espuma;

(g)  considerar las regulaciones ambientales locales – tanto los cambios actuales como los probables.

3F empresa fabricante de espumas, es responsable y comprometida con el medio ambiente razón por la que estamos a disposición de nuestros clientes, para apoyarles en la evaluación de riesgos y la selección de un equipo de espuma adecuado y con entrega oportuna.

Continuará en la parte 4.

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Del AFFF al F3 : Química – Parte 2

En esta parte nos ocuparemos de la química involucrada en la formulación de las espumas de clase A, para combustibles carbonosos, y las espumas heredadas de clase B AFFF basadas en la química del PFOS para fuegos de hidrocarburos líquidos y solventes polares.

En la parte 1 de esta serie de artículos, vimos que las espumas contra incendios AFFF contienen varias sustancias perfluoroalkil (PFAS); sin embargo, la espuma contra incendios es solo una de muchas aplicaciones

Los PFAS se han utilizado durante décadas en más de 200 otras aplicaciones industriales y domésticas, como el envasado de alimentos, el tratamiento del cuero y los textiles, la protección anticontaminación de alfombras y prendas de vestir, los detergentes, la impermeabilización y la impermeabilización del aceite, las pinturas y los barnices, tintas de impresión, cromado, ropa exterior y de protección (PPE) para los servicios de emergencia y militares. Estas sustancias perfluoradas son ampliamente utilizadas ya que ofrecen una combinación de propiedades únicas, incluyendo la capacidad de repeler el agua (hidrofobicidad), la capacidad de repeler los aceites (oleofobicidad), la capacidad de reducir la tensión superficial de soluciones acuosas a menos de 20 dyne/cm y con ella actuando como detergentes, emulsionantes, agentes humectantes y dispersantes.

La OCDE (2.021) aclaró recientemente la definición de lo que constituye un PFAS, al mismo tiempo reconoce la dan Buck et al (2011), de la siguiente manera:

«Los PFAS se definen como sustancias fluoradas que contienen al menos un complemento fluorado de átomo de carbono de metilo o metileno (sin ningún átomo de H/Cl/Br/I unido a él), p.ej. con algunas excepciones observadas, cualquier producto químico con al menos un grupo metilo perfluorado (-CF3) o un grupo metileno perfluorado (-CF2-) es un PFAS.»

Se han identificado más de 800 productos actualmente disponibles en el mercado, pero es probable que la verdadera lista de PFAS utilizados en el comercio y la industria sea de 10.000 o más. El Convenio de Estocolmo de las Naciones Unidas, ha incluido 4.700 sustancias relacionadas con el PFOA solamente. El PFAS comenzó a fabricarse en grandes cantidades a principios de los años 50, todos ellos son antropogénicos creados por humanos utilizando síntesis química, no existen de forma natural. Sus productos finales perfluorados extremadamente estables y químicamente resistentes de la avería en el medio ambiente han sido identificados durante mucho tiempo como ‘productos químicos para siempre’, por ejemplo, por científicos y periodistas como Rebecca Renner [«Creciente preocupación por los productos químicos perfluorados» (2001) Environ. Sci. Technol. 35(7) 154A-160A; «El largo y corto de reemplazos perfluorados» (2006) Environ. Sci. Technol. 40(1) 12-13] o Sharon Lerner escribiendo en el Intercept [«Químicos tóxicos descubiertos en cientos de productos» Sharon Lerner (The Intercept December 2020)].

Hay que subrayar que, aunque todavía se hace referencia de manera común e inexacta a los ‘contaminantes emergentes’, los PFAS han surgido realmente como contaminantes preocupantes durante al menos 10 años, y ya no deben describirse como ‘emergentes’. Por otra parte, la tecnología para hacer frente a los desechos de PFAS todavía está en fase de desarrollo.

Las espumas ignífugas se clasifican de clase A, adecuadas para combustibles carbonosos como madera, papel o vegetación, que actúan como agentes humectantes que mejoran la penetración del agua en los incendios profundos y no contienen tensioactivos fluorados, únicamente tensioactivos hidrocarbonados; por otro lado, las espumas de clase B están específicamente formuladas para hidrocarburos líquidos como la gasolina y los disolventes polares como el etanol. Las espumas modernas de la clase B pueden contener tensioactivos fluorados y ser capaces de la formación de película en la interfaz aire-combustible (AFFF), o completamente libres de flúor como las espumas F3, especialmente formuladas ya que contienen solo tensioactivos hidrocarbonados. Curiosamente, las espumas sin flúor de clase B (F3) se pueden usar eficazmente para los incendios de clase A y clase B, a diferencia de las AFFF.

Espumas de clase A para combustibles carbonosos

Las espumas contra incendios de clase A, se utilizan ampliamente en todo el mundo, especialmente en Australia, Estados Unidos y el sur de Europa, para incidentes que involucren combustibles carbonosos, como, por ejemplo, incendios de casas estructurales, basureros de plásticos y neumáticos, así como incendios de pastizales, bosques y matorrales. Ted Schaefer entonces trabajando para 3M Australia a finales de 1.980 desarrolló una de las primeras espumas eficaces de clase A, «3M Fire-Brake BFFF», reconocida en 2001 por la Academia Australiana de Ciencias Tecnológicas e Ingeniería como una de las 100 mejores invenciones australianas del siglo XX.

Las espumas de clase A, se comportan de forma muy diferente a los AFFF que contienen tensioactivos fluorados, ya que están específicamente formulados para penetrar eficazmente en el combustible carbónico, como la vegetación compactada, el papel o la madera, utilizando tensioactivos hidrocarbonados especializados, no ajenos a un detergente líquido. Los tensioactivos fluorados, diseñados para su aplicación en superficie de incendios de hidrocarburos líquidos o disolventes polares, no son ni de lejos tan eficientes para penetrar tan profundamente incendios sentados, y las afirmaciones de algunos en la industria de que sus productos AFFF se pueden utilizar como espumas duales de clase A / clase B son francamente engañosas.

    

Mister H: Penetración por Clase A                      Mister F: No penetración por Clase B AFFF

(Bluteau 2007)

El comportamiento diferente de una espuma de Clase A basada en tensioactivos hidrocarbonados y un AFFF fluorado de Clase B, hacia el combustible carbonoso puede visualizarse utilizando una caricatura utilizada por uno de nosotros en 2007. Mister H, una verdadera espuma de Clase A puede penetrar el combustible carbonoso debido a sus características humectantes optimizadas; Mister F, un tensioactivo fluora do basado en AFFF, no puede debido a sus propiedades hidrofóbicas y oleofóbicas.

Espumas AFFF clase B para hidrocarburos líquidos y disolventes polares

El primer informe de una espuma acuosa formadora de película (AFFF), llamada LightWater, por R.L. Tuve et al del Laboratorio de Investigación Naval y la Compañía 3M, marzo de 1.964, de la capacidad de la espuma de supresión de vapor y película que se forma en la superficie con combustibles inflamables de bajo punto de inflamación como gasolina, demostró que era 1200% más eficaz que las espumas de proteína estándar en condiciones idénticas.

 

Los compuestos probados en formulaciones espumosas pertenecían a la clase general de derivados del ácido perfluorosulfónico, algunos de los cuales eran sales cuaternarias, otros eran alcoholes, ésteres, sales aniónicas de ácidos carboxílicos sulfonamido sustituidos, etc. Todos ellos solubles en agua, Los fluorocarbonos de alto peso molecular mostraron una dramática depresión de la tensión superficial del agua por debajo de 20 dyne/cm. En general, son insensibles a los electrolitos y muestran actividad superficial cuando se disuelven en disolventes orgánicos.

 

La primera patente para una AFFF se concedió a Richard Tuve y Edwin Jablonski, en junio de 1.966 [1], lo que representa una nueva era en la lucha contra el fuego, espumas que iban a durar los próximos 30-40 años hasta que la 3M Company Minnesota se retiró de la química basada en el PFOS por completo en mayo de 2000.

 

La información de la literatura sobre patentes da una visión fascinante de los derivados utilizados en estos primeros AFFF. Se utilizaron derivados de sulfonamida de perfluorooctano (PFOSA) y ácido carboxílico de perfluorooctano (PFOA). Como se informó en la patente de 1.966, éstas primeras formulaciones incluyen las sales de amonio cuaternario del PFOS y los derivados del amido del PFOA:

C8F17-SO2NH2-(CH3)3N(CH3)3+I–  

   C7F15-CONH-(CH3)3N(CH3)3+I

un amino betaína anfótero derivado de PFOA

C7F15-CONH-(CH2)3–N+(CH3)2-CH2-CH2-COO

y la sal potásica de un derivado de la sulfonamida PFOS

C8F17SO2N(C2H5)-CH2COOK

La sal de potasio del PFOS en forma de tensoactivo FC-95 también se utilizó en las primeras espumas.

Curiosamente, 50 años más tarde fue que Barzen-Hanson et al en 2017 [2] del grupo de Jennifer Field en la Universidad Estatal de Oregón, identificó una amplia gama de otros derivados, o sus productos de desagregación, que involucraban 40 clases diferentes en AFFF heredados.

Fluoración electroquímica (ECF) – el proceso Simons

La Compañía 3M anunció en mayo de 2.000 que estaba eliminando gradualmente la producción de tensioactivos fluorados basados en la química PFOS, y que se retiraba por completo del mercado de espumas contra incendios fluoradas AFFF, lo que marcaba el fin de la disponibilidad de las formulaciones Light Water™ y Light Water™ ATC™ (3M Company- 2000). Otros productos que utilizan PFOS incluyen tratamientos repelentes de agua y manchas ScotchGuard™. Se cree que la producción de PFOS por parte de 3M Company cesó por completo alrededor de 2002, siendo reemplazada por el compuesto de la cadena más corta PFBS, aunque se cree que la producción de PFOS y PFHxS continuó en China y la India.

Hasta el año 2.000, los PFOS se fabricaban mediante el proceso de fluoración electroquímica (ECF) de Simons (3M Company, 1.999; Ignat’ev et al, 2009; Sartori e Ignat’ev, 1998). Este proceso implica reemplazar los átomos de hidrógeno del sulfonato de octilo usando fluoruro de hidrógeno electrolíticamente para generar fluoruro de sulfonilo de perfluorooctano, PFOSF.

C8H17SO3H + HF ==>> C8F17(C=O)F

PFOSF es fluoruro de acilo altamente reactivo y es el material de partida para la preparación de derivados del PFOS como la sulfonamida PFOSA o N-etil-PFOSA, por ejemplo:

C8F17(C=O)F + C2H5NH2 ==>> C8F17(C=O)-NH-C2H5

PFOSF es fluoruro de acilo altamente reactivo y es el material de partida para la preparación de derivados del PFOS como la sulfonamida PFOSA o N-etil-PFOSA, por ejemplo:

PFOSF es fluoruro de acilo altamente reactivo y es el material de partida para la preparación de derivados del PFOS como la sulfonamida PFOSA o N-etil-PFOSA, por ejemplo:

La producción de PFOSF mediante fluoración electroquímica (ECF) fue, y sigue siendo, un proceso inherentemente ‘sucio’ que dio lugar a una amplia gama de isómeros estructurales, tanto de cadena recta como ramificados con CF-CF3 y C-(CF3)2 cadenas laterales, así como homólogos de longitud de cadena pares e impares como C4 PFBS, C6 PFHxS y C7 PFHpS.

Como resultado, el PFOS de grado técnico siempre estuvo y sigue estando contaminado con un porcentaje significativo de PFHxS. Además, las cadenas de perfluoroalkil del PFOS y de la PFHxS pueden formar hélices izquierdas o derechas, lo que da lugar a pseudoracemates detectados en seres humanos (Wang et al, 2011; Naile et al , 2016; Sasaki et al, 2018). Citando la propuesta de restricción de PFHxS de la ECHA (13 de junio de 2019):

«… Las fuentes indican que cuando se fabrican compuestos perfluorados suele formarse una mezcla de compuestos de diferente longitud de cadena, con cantidades típicas de PFHxS formadas cuando se fabrican PFOS entre el 4 y el 14% ( de (BiPRO, 2018) citando (Ren, 2016)). Estas cifras están respaldadas por mediciones de PFHxS en productos comerciales de PFOS, a saber, 3,5-9,8% en el FC-95 de 3M (de (BiPRO, 2018) que cita 3M (2015) y 11,2% – 14,2% en tres productos de China (Jiang et al, 2015). BiPRO también nota, sin embargo, que la cantidad del componente C6 puede reducirse por purificación en diferentes etapas de la línea de producción….»

La importancia de los niveles relativamente altos del ácido sulfónico perfluorohexano homólogo C6, PFHxS, en estas formulaciones de AFFF es que PFHxS es más tóxico y bioacumulativo que el PFOS, tiene un medio biológico más largo de vida en los seres humanos, y también ha sido incluida en los anexos del Convenio de Estocolmo de las Naciones Unidas para su restricción. Desafortunadamente, algunos fabricantes, especialmente en Asia, han utilizado PFHxS como una ‘sustitución lamentable’ del PFOS.

El uso del proceso ECF para producir ácidos sulfónicos y carboxílicos perfluorados, como el PFOS y el PFOA y sus derivados, ha sido resumido por Buck et al [2011], como se muestra a continuación.

 

Fuente: Buck et al (2011)

Seguimos en parte 3.

Referencias

Barzen-Hanson, K.A., Roberts, S.C., Choyke, S., Oetjen, K., McAlees, A., Riddell, N., McCrindle, R., Ferguson, P.L., Higgins, C.P., and Field, J.A.. (2017) “Discovery of 40 Classes of Per- and Polyfluoroalkyl Substances in Historical Aqueous Film-Forming Foams (AFFFs) and AFFF-Impacted Groundwater” Environ, Sci. Technol. 51, 2047-2057.

Benskin J.P., De Silva A.O., Martin J.W. (2010) Isomer Profiling of Perfluorinated Substances as a Tool for Source Tracking: A Review of Early Findings and Future Applications. Rev. Environ. Contam. Toxicol.:111-160.

Buck, R.C., Franklin, J., Berger, U., Conder, J.M., Cousins, I.T., de Voogt, P., Jensen, A.A., Kannan, K., Mabury, S.A., and van Leeuwen, S.P.J. (2011)  Perfluoroalkyl and polyfluoroalkyl substances in the environment: terminology, classification, and origins. Integr. Environ. Assess. Manag. 7(4), 513-541.

Ignat’ev, N.V., Willner, W., and Sartori, P. (2009)  Electrochemical fluorination (Simons process) – A powerful tool for the preparation of new conducting salts, ionic liquids and strong Brǿnsted acids. J. Fluorine Chem. 130(12), 1183-1191.

Naile, J., Garrison, A.W., Avants, J.K., and Washington, J.W. Isomers/Enantiomers of Perfluorcarboxylic Acids: Method Development and Detection in Environmental Samples. Chemosphere 44, 1722-1728.

OECD (2021), Reconciling Terminology of the Universe of Per- and Polyfluoroalkyl Substances:

Recommendations and Practical Guidance, OECD Series on Risk Management, No. 61, OECD

Publishing, Paris.

Sartori, P. and Ignat’ev, N.V. (1988) The actual state of our knowledge about mechanism of electrochemical fluorination in anhydrous hydrogen fluoride. J. Fluorine Chem. 87(2(, 157-162.

Sasaki, T., Egami, A., Yajima, T., Uekusa, H., and Sato, H. (2018) Unusual Molecular and Supramolecular Structures of Chiral Low Molecular Weight Organochelators with Long Perfluoroalkyl Chains. Crystal Growth and Design 18(7) 4200-4205.

Tuve, R.L. amd Jablonksi, E.J. (1966) US 3,258,423 Patent June 28, 1966 “Method Of Extinguishing Liquid Hydrocarbon Fires”, assignors to the United States of America as represented by the Secretary of the Navy. Filed Sept. 4, 1963, Ser. No. 306,665.

Vyas, S.M., Kania-Korwel, I., Lehmler, H.J. (2007) Differences in isomer composition of perfluorooctanoylsulfonyl (PFOS) derivatives. J. Environ. Sci. Health and Toxic Hazard Substance Environ. Eng. 42, 249-255.

Wang,  Y., Beeson, S., Benskin, J.P., De Silva, A.O., Genuis, S.J., and Martin J.W. (2011) Enantiomer Fractions of Chiral Perfluoroctanesulfonate (PFOS) in Human Sera. Environ. Sci. Technol. 45(20) 8907-8914.

 

 

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Del AFFF al F3 : Historia – Parte 1

La química moderna ha creado muchos cientos de miles de compuestos químicos, que encontramos como parte de nuestra vida diaria. De hecho, sería muy difícil pasar un día sin estar en contacto con alguna clase de moléculas – sustancias perfluoroalkil o PFAS – que han sido explotadas comercialmente desde el final de la Segunda Guerra Mundial en los últimos 75 años.

Incluso si pudiéramos calificar la química como un milagro de la ciencia, vale la pena saber que la química ha sido abordada por los egipcios 3.000 años antes de Cristo, y más tarde fue estudiada por los antiguos griegos que describieron la combinación de los 5 elementos : tierra, aire, fuego, agua y éter. Esta teoría fue ampliamente aceptada durante más de 1.000 años.

La base de la química moderna, como ahora la entendemos, se estableció en los últimos 300 años. Se logró la naturaleza del átomo, la identificación de compuestos atómicos, la primera síntesis moderna.

En 1.906, Frédéric Henri Moissan (1852-1907), químico francés quien trabajó en París en la École Supérieure de Pharmacie, aisló por primera vez el gas flúor elemental F2, un descubrimiento por el que fue galardonado con el Premio Nobel de Química en 1.906. El fluoruro de hidrógeno obtenido del fluospar había sido identificado por el renombrado químico sueco Karl Wilhelm Scheele, algunos años antes.

Los años posguerra, después de la Primera Guerra Mundial a mediados de la década de 1.930, inició el apogeo de la industria química alemana, especialmente en lo que respecta a los nuevos tintes sintéticos. La química del flúor comenzó a tener un papel comercial – un tinte rojo Naftol AS, utilizado como el color rojo oficial de la bandera nazi, el Indanthrene Blue, utilizado como componente de ‘Flieger Grau’ o Pilot Grey, y el color azul-gris de los uniformes de la Luftwaffe, ambos contenían un grupo metilo fluorado, CF3, que ayudó a prevenir el desvanecimiento. Los químicos que trabajaban para DuPont produjeron el primer tejido industrial totalmente sintético, el polímero Nylon.
¡Desde este punto los químicos nunca han dejado de inventar nuevos compuestos!

Cuando pensamos en productos químicos, es importante saber que, muchos si no la mayoría de los compuestos sintéticos ahora disponibles comercialmente, son producidos por la industria petroquímica. Desde la invención del motor de combustión interna térmica, la gasolina y los productos derivados del petróleo, se han vuelto cada vez más importantes para muchas actividades humanas, pero están asociados con un alto riesgo de incendio: el fuego.
La naturaleza de este riesgo puso en evidencia la necesidad de abordar estos incendios a menudo catastróficos. A principios de los años 40, se desarrolló espuma proteínica hecha de cuerno y pezuña, un desecho de matadero, para controlar los incendios de hidrocarburos de clase B, por ejemplo, los que involucran petróleo, gasolina, combustible de aviones y solventes.
En 1949 una empresa química de fama mundial, 3M Company Minnesota, industrializó el proceso de fluoración electroquímica (ECF) de Simons para la fabricación de compuestos perfluorados (PFC), tales como aminas, ácidos carboxílicos y sulfónicos en los que los hidrógenos de la cadena de carbono han sido totalmente sustituidos por flúor. Joseph Simons había descubierto el proceso ECF, mientras trabajaba en el Pennsylvania State College en la década de 1.930, pero no pudo publicar su trabajo hasta después de la Segunda Guerra Mundial porque la química del flúor era esencial para la purificación del uranio como parte del Proyecto Manhattan.

En 1953 la estructura de Scotchgard fue descubierta accidentalmente por Patsy Sherman y Sam Smith, trabajando para la Compañía 3M, mientras trabajaba en una goma para líneas de combustible para aviones. Tres años más tarde, en 1956, la compañía 3M lanzó Scotchguard al mercado. Este tratamiento de tejidos, textiles y cuero se basa en un derivado del PFOS que contiene N-Etil-PFOSA y protege la fibra tratada del agua, del aceite y otros líquidos contra manchas.

Curiosamente, el N-Etil-PFOSA conocido como sulfluramida, fue desarrollado originalmente para matar hormigas, cucarachas y termitas, y todavía se usa hoy en día como insecticida sulfluramida, contra hormigas cortadoras de hojas en Brasil. La sal de litio del PFOS se desarrolló para matar avispas, pero es altamente tóxica para las abejas.

El PFOS, – ácido sulfónico perfluoro-octil – y sus derivados se volvieron cruciales para el desarrollo de espumas acuosas formadoras de película (AFFF) de clase B eficaces contra los incendios de hidrocarburos líquidos y solventes.

 

 

 

 

 

 

Figura 1. Estructura del PFOS, ácido perfluoro-octil sulfónico.

Durante la década de 1.960, el Laboratorio de Investigación Naval del Departamento de la Armada de los Estados Unidos, en colaboración con la Compañía 3M, comenzaron a desarrollar espumas contra incendios basadas en el PFOS. Luego en junio de 1.966 se concedió una patente para la espuma antiincendios AFFF para extinguir los incendios de hidrocarburos líquidos.

A finales de los años 60, una serie de grandes incendios de combustible suceden a bordo de los buques de la Marina de los Estados Unidos, causando grandes pérdidas de vidas y daños a la Marina de los Estados Unidos:
(i) 1.966: USS Oriskany – mueren 44 marineros a causa del fuego
(ii) 1968: USS Forrestal – durante el servicio activo en el Golfo de Tonkin en la Guerra de Vietnam, debido al mal funcionamiento y disparo accidental de un cohete Zuni de caza, en la cubierta de vuelo de este súper portador se generó un incendio catastrófico de combustible de aviación, que cobró la vida de 134 tripulantes, hiriendo muchos más, y destruyendo cerca de 50 aviones, causando daños por un valor de 72 millones de dólares, y dejando el buque incapacitado para el servicio activo.

(iii) 1.969: USS Enterprise – en un incendio a bordo mueren 28 marineros.

Estos incendios importantes llevaron al Departamento de la Marina de los Estados Unidos, a ordenar el uso de la espuma contra incendios AFFF, recientemente desarrollada, y que la empresa 3M estaba fabricando para el ejército estadounidense .
Los compuestos perfluorados se habían utilizado con éxito para crear las AFFF, y las marcas LightWater y alcohol-resistente ATC de 3M se convirtieron en la referencia para los incendios de hidrocarburos líquidos desde la década de 1.970 hasta mayo de 2.000. cuando la Compañía 3M, anunció que estaba eliminando gradualmente la química del PFOS basada en motivos ambientales. De hecho, la AFFF había conquistado el mundo de la lucha contra incendios y fue vista durante décadas como la respuesta definitiva a la extinción de grandes incendios de hidrocarburos (petróleo y gasolina), tanto para uso militar como civil, especialmente por la aviación y las industrias petroquímicas.

Durante los años 70 se desarrolló una tecnología alternativa basada en el proceso de telomerización. Esta tecnología proporcionó una alternativa al proceso ECF e introdujo una nueva clase perfluoroquímica en el mercado. Mientras que el proceso ECF produjo principalmente PFOS contaminantes, con homólogos pares e impares de PFOS como PFHxS (~5-8 % p/p), ácido sulfónico perfluorohexano, así como isómeros de cadena ramificada, la telomerización produjo solo un número par de cadenas alkil lineal. La característica de los derivados fluorotelómeros es una estructura de perfluoroalkil unida por un grupo de dimetileno -CH2-CH2- a un grupo funcional que podría ser negativo (aniónico), positivo (catiónico) o tanto negativo como positivamente cargado (anfótero).

La mayoría de las espumas contraincendios AFFF, basadas en fluorotelómeros modernas, conocidas como espumas ‘’C6 puras’’, se basan en derivados de ácido 6:2 fluororelómero sulfónico (6:2FTS), o un análogo tioéter, que contiene una cadena C6 perfluoroalkil unida a un grupo funcional cargado (CH2)2). 6:2FTS contiene una cadena C8 y su estructura se muestra a continuación. Su similitud con el PFOS es clara, pero los grupos CH2 hacen que se comporte de manera muy diferente en términos de su perfil PBT. Todas las cadenas de perfluoroalkil y sus productos de degradación son extremadamente persistentes desde el punto de vista ambiental (vP), pero con diferente bioacumulación o potencial tóxico.

Figura 2. Estructura de 6:2FTS

Sin embargo, las primeras espumas fluorotelómeras contenían tanto 6:2FTS como cantidades sustanciales de derivados 8:2FTS. Esto era un problema ya que el 8:2FTS podía degradarse a un producto final estable ácido perfluoroctanoico o PFOA que tenía toxicidad sustancial. Este problema se ha resuelto esencialmente como resultado del Programa de Administración de PFOA 2010-2015, con el PFOA residual o sus precursores reducidos a menos de 25 partes por mil millones (ppb).

Figura 3. 8: Desglose de 2FTS por PFOA

Desde la década de 1.970, hasta finales de la década de 1.990, muchos fabricantes de espuma contra incendios aparecieron en el mercado, desarrollando y ofreciendo una amplia gama de espumas diferentes para los usuarios finales. Entre ellas figuraban las espumas de clase B AFFF, AFFF-AR (resistentes al alcohol), fluoroproteína formadora de película (FFFP) y fluoroproteína (FP). En este período también se desarrollaron espumas de clase A específicamente destinadas a los incendios carbonosos sólidos, como los incendios de edificios estructurales o forestales.

El 16 de mayo del año 2.000, la empresa 3M anunció abruptamente la eliminación gradual de su actividad en la química, basada en el PFOS para la producción de fluoroquímicos, que afecta no sólo a las espumas contra incendios sino también a una amplia gama de productos domésticos y comerciales. Este anuncio se justificaba por la responsabilidad de la empresa en materia de medio ambiente, ya que se confirmó que las sustancias perfluoroalkil C8 (PFAS) fabricadas con tecnología ECF, planteaban una amenaza para el medio ambiente, con la contaminación que se había extendido por todo el mundo afectando a una amplia gama de compartimentos ambientales, así como a la biota, incluido el hombre.
En los siguientes 2 a 3 años la empresa 3M, había suspendido todas las actividades relacionadas con la química basada en el PFOS, con una retirada total del mercado de espumas contra incendios, sustituyéndolo por una química basada en el PFBS (sulfonato de perfluorobutilo) de cadena más corta. Sin embargo, tanto en China como en la India continuó la producción de derivados del PFOS y del PFHxS mediante el proceso ECF.
Con la eliminación de 3M de la química del PFOS y su retiro del mercado de la espuma contra incendios, otros fabricantes importantes de fluoroquímicos y espumas con PFAS subrayaron que consideraban que la química de fluorotelómeros era ‘segura’ y, de hecho, respetuosa con el medio ambiente, ya que no tenía nada que ver con la química del ECF y los productos no podían contener ni PFOS ni PFOA. El mercado de espumas contra incendios pasó a los productos AFFF basados en fluorotelómeros en los sucesivos años 2.000-2.010.

A partir del año 2.002 tuvo lugar un debate animado y a veces acrimonioso entre los fabricantes de PFAS y AFFF – bajo los auspicios de una asociación comercial, la Fire Fighting Foam Coalition (FFFC), financiada principalmente por la industria fluoroquímica – y fabricantes independientes, especialmente de espumas sin flúor nacientes (F3), reguladores y expertos científicos de la academia.
Esta discusión dio lugar a una serie de seminarios internacionales, conferencias y cientos de publicaciones en la literatura revisada por pares sobre las consecuencias nefastas de sustituir los PFOS por los fluorotelómeros. En este momento, el principal foro internacional para discutir los avances en la tecnología de espuma contra incendios resultó ser la serie Reebok de conferencias de espuma, celebradas en Manchester y Bolton en el Reino Unido, 2.002, 2.004, 2.007, 2.009 y 2.013.

A partir del año 2.002, varios fabricantes independientes -más pequeños- de espumas comenzaron a ofrecer espumas sin flúor (F3), de primera generación de clase B, como alternativas más sostenibles desde el punto de vista ambiental a las espumas que contienen PFAS. Durante los siguientes 10 años el debate se fortaleció, impulsado por estudios científicos publicados que concluyeron que la química de los telómeros representaba una amenaza para el medio ambiente. Los primeros telómeros fueron mezclas de derivados 6:2 y 8:2. Esto demostró que el material 8:2 era un precursor potencial para la generación de PFOA (ácido perfluorooctanoico o C8) extremadamente persistente desde el punto de vista ambiental mediante su degradación, que posteriormente se asoció con efectos a largo plazo para la salud. En ese momento esto fue enérgicamente impugnado por los representantes que abogaban por la industria fluoroquímica que asistían a las conferencias Reebok.

Sin embargo, como resultado de la presión de la EPA estadounidense, muchos grandes fabricantes de materias primas adoptaron el Programa de Administración de PFOA 2.010-2.015, con el objetivo de reducir el uso de PFOA o sus precursores. Las mejoras en la purificación de los derivados del fluorotelómero dieron lugar a una reducción del material relacionado con el PFOA al menos de 25 ppb, proporcionando los llamados derivados fluorotelómeros ‘puros C6’. El Programa de Administración llevó a un cambio en las formulaciones de espuma que anteriormente contenían fluorotelómeros C6/C8 a un llamado reemplazo de ‘caída’ que contenía predominantemente fluorotelómero C6.
Desafortunadamente, este cambio no fue tan simple como se suponía y los fabricantes de espuma tuvieron que reformular y aumentar el contenido fluoroquímico total para lograr un rendimiento similar en comparación con las formulaciones anteriores de C6/C8. ¡Lamentablemente, los usuarios finales ni siquiera se dieron cuenta de este cambio!

Alrededor de la misma época, los estudios científicos acumularon evidencia de que incluso el C6 hiper puro NO era una alternativa adecuada, sino un ‘sustituto lamentable’ y el debate pasó a otro nivel. El año 2.015 marcó un cambio radical en el debate del PFAS. La industria o los reguladores fluoroquímicos ya no negaban la toxicidad del PFOA y los periodistas científicos señalaron la cuestión a la atención del público.

Una serie de declaraciones públicas firmada por científicos de todo el mundo – la Declaración de Helsingør del 2.014, la Declaración de Madrid del 2.014 y la Declaración de Zúrich del 2.018 – plantearon preocupaciones sobre el uso continuo de PFAS como contaminantes planetarios importantes y su impacto a largo plazo en el medio ambiente. Adicionalmente una importante publicación en el año 2.020, planteó el argumento de que todos los PFAS, deben ser tratados como una clase química debido a sus problemas ambientales comunes, en lugar de productos químicos individuales.

El Convenio de Estocolmo de las Naciones Unidas y su Comité de Examen de Contaminantes Orgánicos Persistentes (CECOP) han añadido PFOS, PFHxS y PFOA a los anexos apropiados que prohíben o restringen su uso (2.018-2.022).
Países como Alemania y Noruega, o estados individuales como Queensland en Australia, han estado a la vanguardia en la regulación del uso de PFAS, especialmente para uso altamente dispersivo como espumas contra incendios.

Algunos países no están esperando las decisiones de las Naciones Unidas para regular el uso de PFAS. En Europa, el PFOS está prohibido desde el año 2.011 y el PFOA desde el año 2.018; las discusiones actuales apuntan a detener completamente el uso de todos los PFAS con carbonos de C4 a C20 con una fecha límite de 2025, En previsión de estas restricciones, muchas industrias están pasando a la tecnología sin flúor. En los EE.UU., el cambio está siendo impulsado principalmente por el costo de los litigios con miles de casos contra la industria fluoroquímica, incluidos los fabricantes de espuma.

Continuará en la parte 2

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Al propósito de los autores : Dr Thierry BLUTEAU et Dr Roger A. Klein

Dr Thierry BLUTEAU
Managing Director
3F Americas – Panamá

El Dr. Thierry BLUTEAU, de nacionalidad francés, realizó sus estudios en la Universidad XI de Paris, tiene un Máster en Bioquímica y un Doctorado PhD en FarmacoQuímica.

Al culminar sus estudios en el año 1.983, comenzó como profesor de Biología en el Liceo francés de Montevideo en Uruguay, donde permaneció por 2 años.

Inició en el rubro de la lucha Contra Incendios en el año 1.992, como director técnico en Croda Fire Fighting Department.

6 años más tarde, cambia su perspectiva y funda la empresa Bio-Ex, donde se destaca como director general. Empresa donde creó una línea de productos para la lucha contra incendios, y para la cual desarrolla una red de distribuidores a nivel internacional, contando con presencia en Países de América Latina, Asia, África hasta Australia

En el año 2.012, se integra a la empresa 3FFF Ltd UK, donde realiza la creación de 2 líneas de productos innovadores; la primera es la línea ecológica Smart Foam, las cuales son una gama de soluciones espumantes de última generación, libres de solventes y amigables al medio ambiente. Así mismo en el año 2.020 crea la gama de productos Freegen F3, la cual constituye una línea de espumas sin flúor F3, para más información en sitio web www.3fff.co.uk

Además de manejar el departamento de I & D del laboratorio LEIA LTD en Europa, actualmente es el encargado de la dirección de la sucursal de 3F Américas, desde la oficina comercial en la Ciudad de Panamá.

 

El Dr. Roger A. Klein se formó como médico y doctor en química física en la Universidad
de Cambridge. Sus intereses académicos de investigación han cubierto las enfermedades tropicales, fundamentales investigación de drogas, y más recientemente la química cuántica teórica (IUPAC Task Group on
redefinir el enlace de hidrógeno) Tiene casi 50 años de experiencia asesorando y trabajando con
el Servicio de Bomberos tanto en el Reino Unido e internacionalmente, en áreas que incluyen materiales peligrosos (Materiales peligrosos y CBNRE) y cuestiones de descontaminación, equipo de protección individual (EPI), riesgo evaluación y gestión, mando y control de incidentes, y el impacto del servicio de bomberos
sobre el medio ambiente, habiendo actuado como Consejero Científico Principal y Radiación
Asesor de Protección del Servicio de Bomberos y Rescate de Cambridgeshire hasta el año 2000. A finales de 1990, HM Fire Services Inspectorate le pidió que produjera el primer borrador de la guía del Reino Unido sobre la evaluación y gestión de riesgos para los Servicios de Emergencia, que más tarde se convirtió en parte del Manual de Servicios de Bomberos. En 2002 estuvo involucrado en el informe McKinsey sobre las operaciones del Departamento de Bomberos de Nueva York (FDNY) en el incidente del WTC del 9/11 en Nueva York.

Tras el anuncio de la Compañía 3M el 16 de mayo de 2000 de que se retiraba de la química basada en el PFOS, se involucró activamente en la química ambiental de los perfluoroquímicos, especialmente porque afecta al medio ambiente y a la salud humana debido a la contaminación generalizada. En particular, se preocupó por el impacto ambiental del uso dispersivo de espumas contra incendios, especialmente fluorosurfactante que contiene AFFF, y la transición a espumas sin flúor (F3) Clase B. Ha publicado ampliamente en la literatura técnica y coorganizado una serie de seminarios internacionales sobre el impacto medioambiental de las espumas contra incendios celebrados en el Reebok Centre, Bolton, Reino Unido, en agosto de 2002, diciembre de 2004, septiembre de 2007, julio de 2009 y marzo de 2013, así como el 1er Foro Nacional Australiano sobre Espuma Antiincendios celebrado en Adelaida en 2011. Más recientemente ha actuado como asesor técnico del Comité de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Desarrollo Rural (ENRRDC) del Parlamento de Victoria (Australia) como parte de la investigación sobre la contaminación heredada de PFC en el Colegio de Formación de CFA Fiskville, así como acompañando al Comité en un viaje de estudio a Alemania en diciembre de 2015. También participó activamente en la asistencia al Departamento de Medio Ambiente y Ciencia del Gobierno de Queensland en el desarrollo de una política de gestión de espuma contra incendios, incluida la ayuda para organizar conjuntamente una importante conferencia celebrada por el Departamento en Brisbane en febrero de 2017.

Más recientemente ha participado en la presentación del caso de las espumas sin flúor (F3) como alternativas viables a la AFFF, así como cuestiones ambientales y de salud relativas al PFOS, PFOA y PFHxS al Comité de Examen de Contaminantes Orgánicos Persistentes del Convenio de Estocolmo de las Naciones Unidas (CECOP-14) que se reunió en la sede de la FAO en Roma del 17 al 21 de septiembre de 2018, el noveno Convenio de las Partes del Convenio de Estocolmo (COP-9) en Ginebra del 29 de abril al 4 de mayo de 2019, y el CECOP-15 también en la sede de la FAO en Roma 14 de octubre de 2019; actuando como coordinador del Panel IPEN F3 que produjo una serie de Libros Blancos para el Comité y la CdP-9, a los que ahora hacen referencia los organismos reguladores. Anteriormente de las Universidades de Cambridge y Bonn, y recientemente afiliado como químico teórico al Departamento de Química de la Universidad de Wisconsin, Madison, desde 2009 ha sido Facultad de Investigación Afiliada en el Centro Christian Regenhard para Estudios de Respuesta de Emergencia (RaCERS), John Jay College de Justicia Penal, CUNY Nueva York.

En resumen, desde 2000, cuando la Compañía 3M anunció la retirada de toda la química basada en el PFOS, Roger Klein ha estado muy involucrado en el asesoramiento de servicios de bomberos, aeropuertos e industria, así como en la colaboración con reguladores ambientales a nivel nacional e internacional, especialmente en Australasia (por ejemplo, Australia, Nueva Zelanda, Singapur) y el norte de Europa, en el control y remediación de la contaminación ambiental por PFAS. Ayudó en el desarrollo de la política de gestión de espuma de Queensland 2016, ahora considerada como la mejor práctica en todo el mundo, y dio pruebas periciales a la Investigación de Fiskville 2015 del Parlamento de Victoria. También formó parte del Consejo Asesor de un estudio clínico en Australia dirigido a reducir los niveles de PFAS en sangre en bomberos previamente expuestos, con los resultados publicados en abril de 2022 en el Journal of the American Medical Association (JAMA). Anteriormente fue miembro de la Institución de Ingenieros de Bomberos del Reino Unido, químico colegiado y científico colegiado; actualmente es miembro de la Royal Society of Chemistry y miembro de la Unión Internacional de Química Pura y Aplicada (IUPAC); ahora trabaja como consultor científico independiente.

Datos de contacto:
Dr. Roger A. Klein, tel: +44 1223 306 846 mob: +44 07555 545 070 correo electrónico: rogeraklein@yahoo.co.uk

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Serie de artículos referentes a la historia y actualidad de las espumas – 3F

En 3F nuestro propósito no sólo se limita a la fabricación y entrega de una gama de productos y sistemas contra incendios, nuestra intención es también informar a nuestros clientes y usuarios acerca del pasado, presente y futuro de las espumas, los diferentes riesgos de uso, así como los avances tecnológicos y las regulaciones vigentes en pro de mejorar y disminuir los riesgos asociados.

Como parte de la información del tema antes mencionado, 3F estará publicando en su sitio web, una serie de artículos referentes a la historia y actualidad de las espumas ,desde las espumas AFFF (contaminantes) hasta la nuevas generación de espumas libres de Solventes F3.

Al propósito de los autores:
Dr. Thierry Bluteau: Leia Laboratories, UK. PhD Química Orgánica
Ver C.V.
Dr Roger A. Klein: Consultant UK. PhD Quimica Fisica
Ver C.V.

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